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Voto de Kyrios:
4
Ciencia ficción. Aventuras Tras vencer en los 74º Juegos del Hambre anuales, la joven Katniss Everdeen y su compañero Peeta Mellark regresan a casa. Atrás dejaron a sus amigos y su familia, teniendo ambos que participar en un 'tour de la victoria' por todos los distritos. Durante ese largo viaje, Katniss se da cuenta de que se está gestando una rebelión, pero en el Capitolio todo sigue igual y bajo estricto control del Presidente Snow, que está organizando los ... [+]
28 de noviembre de 2013
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
La segunda parte de los juegos del hambre, “Los juegos del hambre: en llamas”, película realizada en este 2013 está cosechando un éxito totalmente desmesurado. Tampoco es difícil entender el motivo, porque se trata de un cóctel que ya de primeras se notaba que iba a agradar a una gran mayoría de gente. La sala de cine a la que un servidor asistió era un buen muestrario de la diversidad de públicos que el film ha conseguido aunar: Por una parte, la más importante de todas, el público adolescente a la que está especialmente dirigida la novela así como la película, que no deja de ser deudora del mismo público que disfrutó con la infame novela de Stephenie Meyer, crepúsculo, y que se ha portado fielmente, abarrotando las salas de cine de medio mundo. Un público que por otra parte es a la postre uno de los sectores más jugosos comercialmente hablando, y por este motivo no es de extrañar que la mayoría de protagonistas sean unos jóvenes de buen ver. Pero también en las salas de cine se podían contar curiosos de la adaptación cinematográfica, algunos seres inferiores masculinos obligados por sus parejas femeninas, así como algún que otro engañado por la más que benevolente crítica hacia la película. Resulta casi indignante observar la cantidad de periódicos (especialmente norteamericanos) que venden la película a bombo y platillo como una obra maestra, y que no deja de hacer pensar a los más escépticos que la promoción y propaganda de la película ha ido mucho más allá de la colocación de carteles.

En definitiva la película no deja de ser un producto comercial, medianamente bien facturado, que aparece periódicamente en el mundo hollywoodiense. Lo que sí es de agradecer y resulta loable, tanto en la novela como en la película, es el mensaje de crítica social que aparece en los dos productos. Evidentemente es un ataque al sistema que es incomparable a los que realiza Gavras, Passolini o Godard en sus respectivos films, pero si es de agradecer que en un espectáculo comercial de estas características aparezca un argumento y desarrollo que rechazan totalmente nuestra sociedad a manera de las mejores novelas distópicas mostrándonos la visión de un futuro que no parece muy lejano al nuestro. Resumiendo, el argumento es bastante elogiable si lo comparamos con fenómenos fans como el que provocó crepúsculo o los libros de Moccia.

La película es un entretenimiento realizado de una manera más o menos compacta. El problema es que el director de la película, Francis Lawrence ha arriesgado poco para el film, y la mayoría de momentos dramáticos o que podría resultar interesantes adolecen de un academicismo que asfixia a la película a un efecto resultadista que alegrará al gran público pero que la deja artísticamente coja. La recreación del universo literario es precisamente el paradigma absoluto al que llega la película, y es que todo resulta excesivamente frío y desangelado, en una producción que demuestra el aumento de presupuesto respecto a la primera entrega de la película, pero en la que perdieron el alma por el camino. Los diferentes distritos forman un retablo que intenta aportar un granito diversidad a la película, pero que en realidad se queda en un cartón piedra que nunca acaba de funcionar. No ayuda la saturación de algunos Fx que causan algún que otro pavor (la escena del vestido de la protagonista principal o la de los monos), así como la interpretación de algunos actores (Jennifer Lawrence se corona como la nueva Kristen Stewart) que parece no entender lo que significa registro dramático.

No desmerezcamos del todo a la película, porque si es cierto que tiene algunos aspectos positivos. En cuanto la película se centra especialmente en la crítica del mundo televisivo actual (a través de paralelismos con el mundo que representa) acierta eficientemente, parodiando los realities y tv shows mediante la utilización de sus mismas herramientas (con planos satíricamente parecidos, aunque llevados mucho más al extremo), en las que quedan descubiertas sus artimañas, así como en la exageración de vestuario y maquillaje de los que se suponen que forman parte de la élite, en un claro ataque a su supuesta frivolidad.

El desarrollo de la película es bastante irregular, y aunque va remontando el primer tramo agreste de la obra, desemboca en unos juegos del hambre insuficientes y que dejan bastante que desear, con muy poca imaginación y creatividad, en la que el director parece haber escogido cualquier momento de acción aleatoria para colocarla sin mucho más sentido. Del reparto destacan poderosamente dos intérpretes, como son los magníficos Donald Sutherland y Phillip Seymour Hoffman que sin duda alguna son los más brillantes del casting. Aparece también Woody Harrelson aunque su personaje resulta tan caricaturesco que nunca podemos dilucidar si interpreta o simplemente es natural.
Kyrios
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