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Voto de Kyrios:
5
Terror. Intriga Basada en la historia de Jack el Destripador y el cómic de Alan Moore. Amanece en Whitechapel, el barrio más sórdido de Londres, donde las drogas, la enfermedad y la miseria campan a sus anchas. Cinco prostitutas se ven amenazadas por un monstruoso asesino. El único que se ocupa de protegerlas es el Inspector Fred Abberline que, con la ayuda de su amigo el sargento Godley, trata de desentrañar una espeluznante conspiración. A medida que ... [+]
28 de octubre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera secuencia de desde el infierno es una muestra sintomática de lo que el espectador se va a encontrar a lo largo del metraje. Y se nota especialmente, que la película no es un film de época cualquiera, y que por tanto su guión no está basado en los tópicos de las películas históricas ni tampoco estamos ante un film que se reitera en sus descripciones. Más bien al contrario, la película tiene el pretencioso cometido de adaptar una de las obras del polifacético Alan Moore, un genio del cómic cuyas obras son consideradas hoy en día como auténtico arte.

La obra se titula de igual manera que la película, From Hell (la manera en la que se despedía el asesino en algunas cartas que enviaba a Scotland Yard) y se trata de un cómic de gran nivel artístico. Una de las básicas de la obra, era el ataque crítico que realizaba Moore sobre una sociedad hipócrita que pese a pavonearse de ser una de las más avanzadas del globo, ocultaba en su interior monstruos que no precisamente venían de las clases más bajas. Sí, la conspiración real, una de las hipótesis que se barajaron (y siguen, pues después de tantos años el caso sigue sin resolverse) está presente en la obra, y pese a que el propio Moore afirmaba no creer en ella, le sirvió para atacar al sistema victoriano de una manera directa. En la película, también vemos el tinte social de la crítica. No en vano los personajes principales de ella durante gran parte del metraje son las prostitutas a las que Jack Martiriza. Entre secuencias y diálogos que nos muestran también el toque morboso de la película, el espectador siente una terrible empatía por unas protagonistas que por desgracias de la vida se ven obligadas a ejercer una mísera profesión. Como bien resume uno de los encargados de la investigación: -Que sean prostitutas me da igual, lo importante es el impacto negativo en la sociedad-nos muestra de manera bastante efectiva lo que importaban según que vidas para los grandes estamentos.

Aún así la película no sé tira al vacío sin una cuerda, pues una de las diferencias sustanciales que tiene respecto a la obra original es pieza clave en la película. Si en la obra de Moore nos encontrábamos con un protagonismo compartido tanto por el detective/médium que se encarga de buscar el asesino, como el perseguido, en la película encontramos que el protagonismo se divide entre otros personajes. Como si se tratara de un thriller convencional, la película adapta un esquema de concurso tipo cluedo en que uno de los fundamentos de la película se sustenta en encontrar el asesino, que se mantiene oculto en casi todo el metraje de la película, sólo revelándose en la última parte de la película. El peso interpretativo cae en Johnny Deep, que resulta ser nuestro protagonista principal, así como en el grupo de prostitutas (y víctimas) sobra las que caerá la terrible venganza de Jack el destripador.

Pero como decía al empezar la crítica, la primera secuencia de la película es significativa. Precisamente nos marca una estética que se repite con posterioridad y que ya avisa a timoratos que la intención de la película es impactar al espectador (y no tiene miedos en rayar lo que podríamos calificar como la barrera del efectismo) y causar una fuerte conmoción en su sensibilidad. Por este mismo motivo, la película recurre a un gusto barroco y que excede en cuanto al sentido de lo macabro.

No se ha buscado la Londres Victoriana que tan bien suena en muchos himnos patrióticos, ni tampoco las grandes mansiones o reuniones de duques y otros personajes de la realeza (en realidad esta aparece pero en momentos que son de puertas para adentro), ni tan siquiera la metrópolis industrializada, sino que la película se encarga de retratar (y lo consigue en gran parte de la película) los barrios más degradantes de la urbe. Por las callejuelas de la película corren prostitutas, chantajistas, ladrones, y gente de mal vivir entre la que se incluye nuestro sádico asesino. Se acentúa la lujuria del momento y pese a que la película no cae en la truculencia barata de otros films de terror, si es capaz de crear imágenes que sin ser demasiado gratuitas crean una pavorosa sensación. Es cierto, una vez más, que cuando mejor funcionan esas imágenes es cuando la película se dedica a sugerir y no a mostrar, y no podemos más que pensar en los cadáveres de las mutiladas prostitutas que normalmente nunca son reveladas a nuestros ojos.

Es cierto que a la película le falta dar un golpe sobre la mesa importante. El film intenta distanciarse de las películas de época mediante la inclusión de secuencias oníricas (que por cierto, realizan algún que otro guiño a la obra de un gran surrealista, como es David Lynch) que mezclan de manera insípida la estética del 1900 con el efectismo más propio del mundo videoclip, pero en muchos momentos el film se desvanece por falta de fluidez y por exhibición de simpleza. Además, a medida que avanza el metraje, la película va perdiendo fuerzas hasta que llega a la meta totalmente exhausta.

http://neokunst.wordpress.com/2013/10/28/desde-el-infierno/
Kyrios
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