Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Macoco
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Macoco:
9
Voto de Macoco:
9
8.1
90,907
Thriller. Intriga. Drama
Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido veinticinco años antes, en 1974, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años. (FILMAFFINITY)
16 de noviembre de 2009
16 de noviembre de 2009
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer estaba decidido a acudir al cine para ver "El secreto de sus ojos": me informé sobre la sala en que se proyectaba, la hora, y me cité con mi novia. Desafortunadamente mi coche se averió, y finalmente pasé la tarde con la grúa en lugar de en el cine. Así y todo, he buscado una manera alternativa de verla (dejémoslo ahí...), y mientras escribo estas líneas apenas hace cinco minutos que permanecía embobado viendo los títulos de crédito de "El secreto de sus ojos". Simples casualidades...
Siempre nos van a pasar cosas, pero siempre vamos a tener la oportunidad de cambiar nuestro propio final, o eso espero. De todo esto nos habla Campanella, entre otras muchas cosas: nos habla del dolor de la pérdida, de lo bello de la derrota, de lo extraño de la amistad, del amor verdadero, de la (in)justicia, de la soledad elegida o no y sobre todo, me reitero, de la posibilidad de utilizar la goma de borrar de nuestro lapicero para reescribir nuestra historia.
Unos personajes profundos, cercanos y con cicatrices se pasean por una historia interesantísima plagada de bellos detalles; banda sonora preciosa (dominada por el piano), diálogos bellísimos que son una película en sí mismos y unas interpretaciones impecables dan como resultado la que será sin duda la mejor película del año.
A todo lo expuesto sólo cabría sumarle un final a la altura; pues bien, si Espósito (Ricardo Darín, soberbio) sólo tenía un final de mierda para su novela (son palabras suyas, no mías), por contra Campanella nos regala el más bello de los finales. Cerrando la puerta, que no se escapen los ángeles.
Soy totalmente consciente de que esta crítica no está ni de lejos a la altura de la película de la que trata; tampoco lo pretendo. Simplemente decir que he pasado uno de esos momentos deliciosos que muy de vez en cuando nos regala el cine; no me olvidaré facilmente del día en que ví esta película y me emocioné, ni del día en que no la ví porque se agotó la batería de mi coche. Ah, y al título de mi crítica, yo respondo un sí. Me aferro al sí.
Por cierto, debí escribir esta crítica sin usar la letra a... quizá haya una segunda oportunidad...
Siempre nos van a pasar cosas, pero siempre vamos a tener la oportunidad de cambiar nuestro propio final, o eso espero. De todo esto nos habla Campanella, entre otras muchas cosas: nos habla del dolor de la pérdida, de lo bello de la derrota, de lo extraño de la amistad, del amor verdadero, de la (in)justicia, de la soledad elegida o no y sobre todo, me reitero, de la posibilidad de utilizar la goma de borrar de nuestro lapicero para reescribir nuestra historia.
Unos personajes profundos, cercanos y con cicatrices se pasean por una historia interesantísima plagada de bellos detalles; banda sonora preciosa (dominada por el piano), diálogos bellísimos que son una película en sí mismos y unas interpretaciones impecables dan como resultado la que será sin duda la mejor película del año.
A todo lo expuesto sólo cabría sumarle un final a la altura; pues bien, si Espósito (Ricardo Darín, soberbio) sólo tenía un final de mierda para su novela (son palabras suyas, no mías), por contra Campanella nos regala el más bello de los finales. Cerrando la puerta, que no se escapen los ángeles.
Soy totalmente consciente de que esta crítica no está ni de lejos a la altura de la película de la que trata; tampoco lo pretendo. Simplemente decir que he pasado uno de esos momentos deliciosos que muy de vez en cuando nos regala el cine; no me olvidaré facilmente del día en que ví esta película y me emocioné, ni del día en que no la ví porque se agotó la batería de mi coche. Ah, y al título de mi crítica, yo respondo un sí. Me aferro al sí.
Por cierto, debí escribir esta crítica sin usar la letra a... quizá haya una segunda oportunidad...