Tremenda alegría me he llevado disfrutando de esta película, porque me ha ofrecido algo muy diferente a lo que yo esperaba y siempre me encantan las sorpresas. Aunque si he de ser sincero, tampoco habría salido decepcionado con la primera opción.

Cuando se habla de Sudáfrica, y se cuenta una historia allí y sobre la gente que vive allí, no es ilógico pensar en que el tema principal a tratar será el racismo y la forma precaria con la cual se sigue tratando a la población negra. Un asesinato de una chica blanca, detonante máximo en la mayoría de los casos para poner en marcha la investigación, cuando de negros sospechosos hablamos. Pero Jerome Salle tenía otra cosa preparada para el espectador, aprovechando el dúo principal de protagonistas. Por un lado un delgadísimo Forest Whitaker soberbio como siempre interpretando al capitán de la policía que investiga el caso. Con un pasado turbulento en el apartado personal, vio morir a su padre quemado vivo y en la huida un perro lo atacó y le mordió sus partes nobles, impidiendo en un futuro poder mantener relaciones sexuales. Esto y que no duerme nunca, nos mostrarán a un hombre que se dedica en cuerpo y alma a su trabajo para de esta forma huir de sus fantasmas.
Por otro lado tenemos al que siempre solemos ver como galán Orlando Bloom, quien con un aspecto desaliñado, abandonado y con más de un pie fuera de este mundo, nos regala una interpretación magnífica dejando a las claras que es mucho más que una cara bonita. Su personaje también es un dado a las malas relaciones, en especial con su propia familia. No guarda una buena relación ni con los del presente (ex-mujer e hijo), ni con el pasado (padre).

Me ha encantado esa trama bien llevada sobre como la industria farmacéutica a través de personas poderosas, no solo intenta comercializar un producto que se encargue de hacer una limpieza étnica, sino a su vez, aprovecharse del descontrol demográfico de la población y experimentar con chavales a los cuales ni tan siquiera buscarán cuando hayan desaparecido.

Muy bien dirigida, manteniendo el nivel de la investigación muy vivo hasta las última fase de la película. Con una escena final del capitán, no es que sea poco creíble, es que no hay forma de cogerla por ningún lado. Aún así muy recomendable.