En primer lugar me gustaría hacer un inciso sobre este tipo de películas y como las venden. Todos sabemos que para que una peli funcione, el boca a boca es la mejor publicidad, pero...señores del boca a boca, una película con tensión o suspense, no es una película de miedo. A ver si nos ponemos las pilas. Que manía con meterlo todo en el mismo saco.

Cuando te hablan de una historia donde tres chicos jóvenes, ágiles e inteligentes se introducen en la casa de un anciano solitario y ciego, te suena a mucha desventaja, ¡¡¡¡¡ Meeeeeec !!! Craso error si este argumento cae en las manos del joven director uruguayo Federico Álvarez, quien en poco tiempo ha demostrado tener un talento innato para llevar adelante este tipo de trabajo con la soltura de un veterano. A los que hemos seguido sus trabajos, sabemos que su punto fuerte es que el espectador camine de forma sorprendente a través de una cortina de humo de tensión pero curtido en la vieja escuela, primeros planos, planos secuencias, música incómoda y esos sustos que los esperas, pero siempre te pillan desprevenido.

La película quizás tenga una entrada un poco rápida y fría, pero se transforma espectacularmente cuando llegamos al final del primer tercio de la película, yo no me esperaba ni siendo muy positivo y optimista que me fuera no solo a impactar tanto, sino a mantenerme tenso durante casi todo, por no decir todo el metraje. Ya entenderéis el porque de ese título tan perfectamente escogido, vamos que si lo entenderéis. Los chavales han estado muy bien la verdad, especialmente la chica, sus expresiones de pánico y sus ojos me han transmitido exactamente por lo que estaba pasando y es de agradecer. Y ojo, mención aparte al veterano Stephen Lang, quien en su papel de ex-soldado será el único que podrá inclinar la balanza de tanta desventaja inicial.

Sin dudas, seguiré vigilando de cerca a este uruguayo.