No cabe dudas que si te encuentras en la misma película a Liam Neeson, Meryl Streep y Edward Furlong, te vas a encontrar un buen producto, por lo menos en cuanto a actuaciones se refiere. Sin embargo, Antes y después es mucho más. Nos trae una historia de esas que te llegan al corazón, a la cabeza, de las que te hacen pensar durante la proyección y tiempo después. Son las historias que me gustan.

La mayoría de las familias confían a ciencia cierta que conoce a sus miembros y que son capaces de deducir en segundos si lo que cuentan de ellos es cierto o no. "Mi hijo nunca haría eso". "Mi marido no habla así". Todos damos por hecho que lo sabemos todo...de todos. Pues la trama de esta historia se pone en marcha cuando eso se altera y alguien te demuestra que las cosas no son así, sino todo lo contrario. Y que aquello que suponías, no se corresponde con la realidad. Un cadáver, un asesinato, unas pruebas, un sospechoso...tu hijo. Unos padres que no creen en lo que la policía les cuenta, hasta que encuentran manchas de sangre en el maletero del coche. Es aquí donde se demostrará hasta donde confían en un miembro de su familia y hasta que punto lo apoyarán.

Gran historia llena de emoción, intriga, sorpresas y moraleja.