Bajo la arena, ésta producción danesa sobre los hechos ocurridos después de la rendición del ejército alemán en 1945 donde jóvenes soldados alemanes son escogidos y encomendados a retirar las miles de minas instaladas en las costas danesas da para muchas conclusiones.

Martin Zandvliet ha sido capaz de hacerme sentir pena por unos muchachos a los cuales el mundo debería odiar por el simple hecho de haber nacido en Alemania en el peor momento de la historia de la humanidad y haber seguido las pautas dictaminadas por Hitler aunque no estuvieran de acuerdo con ellas. La escena del sargento agrediendo con odio a un soldado alemán por portar una bandera danesa es el ejemplo claro de lo que trato de explicar. ¿Existe el odio justificado? Es decir, los alemanes odiaban o eso se intuía al resto de personas de otras nacionalidades cuyos países invadían, pero una vez acabada la guerra, se ganaban el odio de estas personas. Y la cuestión es...¿quiénes son peores, los que odiaron antes o después si a fin de cuentas es odio igualmente?

Un sargento danés al cual le importa un bledo la vida de un grupo de muchachos imberbes alemanes a sus órdenes, donde cada día se juegan la vida constantemente desactivando peligrosas minas en la playa. Da igual si te explota una mina en la cara y te deja gravemente herido o peor aún, te causa la muerte, no voy a llorar, ni a sentirlo. Así nos encontraremos a este mando al cargo. Jóvenes, inexpertos en el arte de la guerra, chavales que lloran y llaman a sus madres, que tienen un descanso muy limitado y una alimentación más corta que la del perro del sargento. Y cuya misión para poder regresar a casa es desactivar las más de 45.000 minas existentes. ¿Conseguirán el reto y salir de allí con vida?

Me ha gustado la interpretación de los chavales, en especial porque podemos identificar los diferentes status en el grupo, el que va de cabecilla, los débiles, el más duro, el más centrado. Los identificamos perfectamente y eso suma en favor de la historia. Mis dudas eran si el sargento seguiría en ese plan tan duro o con el paso del tiempo sentiría empatía por aquellos chicos, cosa que tendréis averiguar viendo la película.

El odio hacia estos simples chavales es patente en cualquier escena, muy curiosa la vecina que informa de la comida en malas condiciones que cogieron en su establo. También veremos el desgaste físico y psicológico de los chavales con el paso del tiempo, algunos son más fuertes y otros menos. Grandiosa la parte que tiene que ver con los hermanos gemelos.

El desenlace final me gustó bastante, aunque a muchos les parezca algo moño.