Cuando el universo cinematográfico de Marvel ha entrado en una fase definitoria, llega la segunda película de Ant-Man que se mantiene sobre la misma línea de la primera, siendo una película que se decanta por ser más una comedia que una película épica de superhéroes, logrando sostener el nivel de calidad y sobre todo de buen entretenimiento en esta segunda entrega.

Tras los hechos acontecidos en ‘Capitán América: Civil War’, Scott Lang ha sido detenido y condenado a prisión domiciliaria por dos años, periodo que está cerca de cumplirse, el cual Scott aprovecha para pasar mejor tiempo con su hija y mientras colabora con Luis (Michael Peña) en su nueva empresa de seguridad.

A escasos tres días de cumplir la sentencia, Scott tiene un sueño donde recibe un mensaje de Janet van Dyne (Michelle Pfeiffer), quien lleva varias décadas atrapada en el universo cuántico, por lo que se ve en la necesidad de ayudar a Hope (Evangeline Lilly) y Hank (Michael Douglas) para rescatar a Janet, pero deberá cuidarse de no ser sorprendido por la policía violentando el arresto domiciliario y deberá además enfrentar a la misteriosa Ghost (Hannah John-Kamen), quien precisa de la tecnología Pym para restaurar su maltrecho cuerpo.

La principal virtud de esta segunda entrega, como lo era en la primera, es que la película se asume tal y como es, un producto menor dentro de la gran maquinaria Marvel, lo que le permite expandir mucho más sus posibilidades sin la necesidad de volverse toda una épica y solemne película de un gran superhéroe.

Otra vez con Peyton Reed al mando, se confirma esa apuesta por una comedia ligera por sobre las escenas cargadas de efectos visuales espectaculares, poniendo las risas y la diversión como prioridad, lo que se consigue con un guion ingenioso, muy graciosos diálogos y un elenco que le sepa sacar provecho a ello, donde una vez más se destaca ese gran actor que Paul Rudd, capaz de generar emociones con apenas mover un músculo de su cara, quien logra una enorme química con la bella y efectiva Evangeline Lilly, y sobre todo los destacados momentos plenos de comicidad junto a Michael Peña.

‘Ant-Man and The Wasp’ se impone como una película donde el humor triunfa por sobre todo lo demás, una historia narrada con soltura, ligera en sus pretensiones, pero capaz de ponerse al mismo nivel del Universo de Marvel sin sobresaltos, para prueba, la primera escena post créditos que engancha a la perfección esta historia con Infinity War. Pase y disfrute.

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