Inclasificable, seductora e hipnótica es la más reciente película de Philippe Grandrieux, el realizador de ‘Un lac’ plantea una película fascinante donde se mezclan la noche, lo erótico y una trama cargada de celos y pasiones sin control.

Un músico llamado Lens (Kristian Marr) regresa a París con la intención de encontrar a quien llama su verdadero y único amor, una mujer llamada Madeleine, en su búsqueda conoce a dos mujeres bastante diferente entre sí, Hélène (Ariane Labed) y Lena (Roxane Mesquida).

Hélène es una enfermera casada que sufre una pérdida la cual busca atenuar con sesiones de sexo duro, Lena es una cantante mimada por el padre quien le cumple todos sus caprichos, pronto Lens se encontrará en medio de un apasionado triángulo.

La de Grandrieux es una película de cuerpos y oscuridad, personajes que como vampiros solo salen de noche para satisfacerse en un mundo donde las pulsaciones rigen a las personas.

Si bien abstracto, es sencillo ubicar una historia dentro del relato, algo poco habitual en el cine del francés, esta no se cuenta de manera explícita, en una narración críptica que prescinde de convencionalismos y que se abraza a una puesta en escena plena de atmósferas envolventes y enrarecidas, convirtiendo a la película en una fascinante experiencia.

Y es que conforme conocemos a estos seres y sus pasiones y desenfrenos, Grandieux induce a perderse en ese cautivador espiral de lujuria y frenesí.

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