Muchas son las virtudes de una película que tomas diversos riesgos y sale bastante bien librado de todos ellos, en una historia que reinventa el mundo y asume su relato con desparpajo, acertando además en sumar al historietista Jacques Tardi.

Derivado de un accidente de laboratorio, el rumbo de la humanidad ha cambiado, sigue imperando la era del vapor por lo que los países hacen guerra para conquistar los bosques, además han secuestrado a los más prominentes científicos, por lo que los avances tecnológicos no llegaron nunca.

Abril es una solitaria chica que vive con su gato parlante, ella no pierde la esperanza de encontrar a sus padres y abuelo que fueron secuestrados años atrás, mientras es acechada por un torpe policía que la sigue incansablemente con el fin de atrapar a sus familiares.

La película desborda buenas ideas bien ejecutadas, desde el diseño de ese imaginario mundo opresivo y que funciona a vapor y por lo tanto nebuloso, con un estilo de vida lento y cargado de un punzante humor negro y diálogos afilados.

Con referencias a Miyasaki, el relato avanza en medio de una infinidad de subtramas y personajes que se van adicionando a la trama principal sin crear un caos narrativo y si enriqueciendo una historia ingeniosa con una mirada muy crítica y un tanto pesimista del mundo.

Atrapante y muy disfrutable, una película con innumerables hallazgos y que además ofrece un gran trabajo con las voces de actores de la tala de Marion Cotillard o Jean Rochefort.

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