Luego de hacerse de un nombre como guionista gracias a títulos como ‘El rito’ y ‘La ladrona de libros’, el australiano Michael Petroni retoma la dirección con este thriller psicológico protagonizado por Adrien Brody.

Brody es Peter Bowers, un psiquiatra atormentado por la pérdida de su hija y que además sufre de alucinaciones; cuando él descubre que todos sus pacientes tiene en común un fatal accidente sucedido 20 años atrás, el decide retornar al pueblo donde nació para tratar de investigar y resolver un viejo misterio.

Bowers deberá enfrentarse a esos fantasmas del pasado y remover una historia que todos desconocen para conseguir recuperar esa tranquilidad perdida, sin sospechar las sorpresas a las que deberá enfrentarse.

Lo mejor de ‘Backtrack’ es esa atmósfera inicial plagada de situaciones fantasmales que conjugan el suspenso con el terror y que consigue inquietar un poco, pero ese juego de identidades entre el protagonista y sus pacientes se revela demasiado pronto, incluso desde algunas sinopsis, restándole interés al relato.

Petroni no consigue sostener el suspenso durante todo el metraje, llegando a una segunda mitad bastante anodina y con un ritmo lento y un desenlace que hasta cierto punto se vuelve predecible, donde la ausencia de sustos relaja para mal una historia que ha perdido fuerza.

Con algunos ecos a ‘El sexto sentido’, ‘Backtrack’ es un thriller bastante rutinario, por momentos efectivo y pero los más fallidos, con apenas un par de sustos, condenada a ser poco recordada con el paso del tiempo.


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