Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with mimoca
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por mimoca
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de mimoca:
6
Voto de mimoca:
6
3.4
144
22 de noviembre de 2019
22 de noviembre de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La selva tiene una gran cantidad de carbono en sus miles de millones de árboles, que vienen siendo acumulados durante cientos o incluso miles de años.
Cada año, las hojas absorben una gran cantidad de dióxido de carbono que, de lo contrario, se quedaría en la atmósfera, lo que incrementaría las temperaturas globales.
Según una investigación publicada por la universidad de Leeds (Reino Unido) en 2017, los árboles de la selva amazónica extrajeron dióxido de carbono equivalente a las emisiones de combustibles fósiles de la mayoría de los nueve países que poseen o bordean el bosque entre 1980-2010.
La selva amazónica lleva mucho tiempo siendo arrasada por la deforestación y los incendios, en algunos casos provocados para utilizar el suelo para la ganadería y la siembra de soja.
De ese modo se impone el sistema industrial alimentario americano, dirigido y controlado por grandes corporaciones como Monsanto (hay un interesante documental, "El mundo según Monsanto, de 2008), cuya semilla de soja transgénica es ya más numerosa que la natural y que pretende hacerse con el control de la alimentación a nivel global a través de sus patentes.
Las cifras de agosto de 2019 registran 30.901 incendios forestales, el triple que en 2018. En Bolivia, las llamas se han extendido sobre 4'1 millones de hectáreas (datos hasta el 15 de septiembre del presente año) casi el doble que hace tres años.
Si se sigue destruyendo el bosque amazónico pronto se llegará al punto de inflexión donde el bosque pierda su capacidad de reciclar la humedad y las precipitaciones.
El film transcurre en Bolivia, aunque esta rodado en Brasil, y muestra una conspiración para asesinar a Santos, el líder local que pretende evitar la destrucción de la selva y salvaguardarla.
Su muerte la investigan R.J. (Craig Sheffer), un intrépido y escéptico reportero americano, que forma pareja con Alyssa (Sandra Bullock), una joven idealista miembro de una fundación para proteger la selva.
Pronto se dan cuenta de que casi todos allí están involucrados de algún modo y son manipulados por grandes intereses económicos, desde mercenarios asesinos a sueldo, hasta policías corruptos o incluso las mismas organizaciones que dicen ayudar.
Una película de bajo presupuesto (producida por Roger Corman) que resulta entretenida y amena y que esta muy infravalorada como otras películas del director Luis Llosa, como por ejemplo "El especialista" o "Anaconda", consideradas mucho peores de lo que son.
Cada año, las hojas absorben una gran cantidad de dióxido de carbono que, de lo contrario, se quedaría en la atmósfera, lo que incrementaría las temperaturas globales.
Según una investigación publicada por la universidad de Leeds (Reino Unido) en 2017, los árboles de la selva amazónica extrajeron dióxido de carbono equivalente a las emisiones de combustibles fósiles de la mayoría de los nueve países que poseen o bordean el bosque entre 1980-2010.
La selva amazónica lleva mucho tiempo siendo arrasada por la deforestación y los incendios, en algunos casos provocados para utilizar el suelo para la ganadería y la siembra de soja.
De ese modo se impone el sistema industrial alimentario americano, dirigido y controlado por grandes corporaciones como Monsanto (hay un interesante documental, "El mundo según Monsanto, de 2008), cuya semilla de soja transgénica es ya más numerosa que la natural y que pretende hacerse con el control de la alimentación a nivel global a través de sus patentes.
Las cifras de agosto de 2019 registran 30.901 incendios forestales, el triple que en 2018. En Bolivia, las llamas se han extendido sobre 4'1 millones de hectáreas (datos hasta el 15 de septiembre del presente año) casi el doble que hace tres años.
Si se sigue destruyendo el bosque amazónico pronto se llegará al punto de inflexión donde el bosque pierda su capacidad de reciclar la humedad y las precipitaciones.
El film transcurre en Bolivia, aunque esta rodado en Brasil, y muestra una conspiración para asesinar a Santos, el líder local que pretende evitar la destrucción de la selva y salvaguardarla.
Su muerte la investigan R.J. (Craig Sheffer), un intrépido y escéptico reportero americano, que forma pareja con Alyssa (Sandra Bullock), una joven idealista miembro de una fundación para proteger la selva.
Pronto se dan cuenta de que casi todos allí están involucrados de algún modo y son manipulados por grandes intereses económicos, desde mercenarios asesinos a sueldo, hasta policías corruptos o incluso las mismas organizaciones que dicen ayudar.
Una película de bajo presupuesto (producida por Roger Corman) que resulta entretenida y amena y que esta muy infravalorada como otras películas del director Luis Llosa, como por ejemplo "El especialista" o "Anaconda", consideradas mucho peores de lo que son.