Hay en la voz en off del comienzo algo que nos recuerda al cine español de esa época pero al mismo tiempo sin la frescura del mismo. Aviso para navegantes. Es una comedia pero no nos vamos a reír, yo al menos no he encontrada nada con lo que hacerlo, a lo sumo media sonrisa, tal vez porque Billy Wilder no es especialmente ducho en el terreno humorístico, por mucho que se empeñen en decir lo contrario. Si a esto le sumamos que la otra pata del género, el romántico, anda deslucida, con razón "Irma la dulce" te acaba sabiendo a poco. Dejemos las cosas claras: la historia es fea, dentro de un tema serio, que aunque tratado con cierta delicadeza, no deja de ser incómodo. Yo es que veo el buen rollito entre chulos y prostitutas y me de un repelús.

Concretando más la película peca de inverosímil, el protagonista, de tonto y ella... bueno no sé ni cómo es. En todo caso no tiene ningún gesto, ni le vemos nada que atraiga, ni siquiera una evolución, si no más bien, una etapa más en la vida. Me ha gustado la banda sonora y el amigo Moustache (Lou Jacobi) si bien lo que más me ha llamado la atención es el mensaje. Observad que ella lo acepta, aunque crea que la engaña con otras chicas, porque dice que ha matado a X, lo cual es un símbolo de amor. O que la antiprostitución sea pequeñoburguesa. Pero lo más interesante es que en este ambiente de rechazo a la sociedad establecida se produce una inversión total de roles, es decir, feminista: el proxeneta hace de mujer y la ramera, de varón dominante.