Para el esté un poco despistado aclaro que esta "Tras la pista de la Pantera Rosa" más que una película es una pseudopelícula, como se puede apreciar en su notable irregularidad argumental y lógica. Llega un momento en el que directamente se desvanece en una sucesión de desfile de secundarios con la única noble intención de presuntamente homenajear al protagonista. Todo se debe a que Peter Sellers había muerto ya en 1980 pero Blake Edwards ni corto ni perezoso se decidió a realizar otra entrega más de "La Pantera Rosa", bueno en realidad dos si sumamos la de "La maldición de la pantera rosa" (1983) pero aquí no sale ya Peter Sellers, utilizando descartes de otros trabajos de la saga, imágenes de archivo y dándole más peso a los compañeros de reparto, como es el caso de Herbert Lom, que vuelve a ser lo mejor, y las breves apariciones de David Niven, Capucine o Graham Stark.

El resulto final desde el punto de vista cinematográfico es bastante malo teniendo en cuenta de que si en general tiene muy poca gracia las payasadas del inspector Clouseau (Peter Sellers) encima si son repetidas y recicladas menos aún. Luego como película es que se ve que es un aborto, un corta y pega que se nota demasiado su improvisación. Ahora bien, podría al menos apreciarse si se entendiese como homenaje póstumo pero existe la fundada sospecha de que el móvil económico fue prioritario o al menos importante. De hecho, así lo entendió la viuda de Sellers, la bellísima Lynne Frederick, que los llevó a juicio, que por cierto ganó, por lucrarse sin el consentimiento del fallecido actor británico. Eso sí, Lynne acabó muy mal la pobre, es muy triste. En cualquier caso el homenaje podría haberse realizado de otra guisa, por ejemplo prescindiendo de Seller o avisando al menos.