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Voto de Reaccionario:
5
Comedia Italia, siglo XVI. Petrucchio (R. Burton), un pobre pero obstinado caballero de Verona, va a Padua en busca de una esposa rica. Allí conoce a la temperamental, iracunda e intratable Catalina (Liz Taylor), que le impone todo tipo de condiciones para casarse con él. Cuando por fin accede, él se las arregla para convertir la luna de miel en una auténtica pesadilla con el fin de domeñarla. Cuando la pareja vuelve a Padua, Catalina ayuda a ... [+]
8 de junio de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con "La mujer indomable" nos encontramos con una auténtica comedia de enredo. Al menos la primera mitad. De hecho es una lástima que el tono delirante de esta primera parte, justo cuando se acaba concertando el matrimonio de Petrucchio, no se mantenga en el resto de la película. Así el principio es divertido, ingenioso y muy rico en giros y posibles secuencias de humor. Por ejemplo, lo de los pretendientes de Blanca es de una intensidad, de un morbo, que sólo pueden mantener unos instantes. Luego la obra deviene mucho más seria con lo que pierde la frescura del inicio.

Resultaba difícil enfrentarse a este gran clásico de William Shakespeare sin caer en la grosería de un mal trato evidente. Aquí, gracias al buen humor y a la fineza de la dirección, no resulta en exceso chocante. Ciertamente las quejas de Catalina están más que justificadas y una vez vista me quedo con la duda de quien doma a quien. El parlamento final de Catalina es tan brusco, tan poco justificado que aunque resulta evidente que se requiere resaltar la sumisión femenina, parece que Zeffirellli quiere dejar abierta una rendija para interpretarlo todo de un modo irónico.

Puestos a decir prefiero más a la salvaje Catalina del principio, que está verdaderamente loca, que a la del final. Pero para preferir me quedo sin dudarlo ni un segundo con la bella, obediente, dulce y modosita Blanca, su hermana menor sencillamente deliciosa. Claro que me doy cuenta de que es un tanto falsa pues simula un carácter mucho más cándido de lo que es. Éste carácter que se intuye se revela en la apuesta final. Lo que supuestamente es su derrota es a mi modo de ver una gran victoria. La clave está en un comportamiento circular infantil que hace a Blanca extraordinariamente fuerte: ella se presenta como muy buenecita para que su papá o su pretendiente la mimen. Y al mimarla ella responde siendo más dulce aún. Pero en el momento de que falte el mimo, responde con la rabieta. Su estrategia en definitiva es muy femenina, muy atrayente, completamente irreprochable (por más que su hermana la tenga calada y trate de castigarla vara en mano en una estupenda secuencia "casi" sado-masoquista) y como digo muy útil pues prácticamente se asegura que nadie la pueda someter, menospreciar o abusar de ella de algún modo.

Puestos a decir no puedo dejar de mencionar la forma de "seducir" Petrucchio a Catalina. Sería como irse a casa de, por ejemplo, Blanca Suárez, que está soltera, y tras la aprobación paterna, empezar a lanzarle requiebros y a soportar las quejas de ésta: "!Oh, hermosa Blanca! ¡Cásate conmigo!", "¡No quiero!". Ella sale corriendo, se esconde, te grita, te tira cosas, te golpea y tú, erre que erre, como la mofeta de aquellos dibujos animados, tratando de agarrarla para que no se escape. Así hasta que al final, rendida, te acepte. ¡Eso si que es ligar y lo demás son tonterías!
Reaccionario
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