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Voto de Sandro Fiorito:
9
7.6
108,192
Drama
El descubrimiento en una cuneta del cuerpo de un hombre brutalmente asesinado hará que las vidas de varias personas se entrecrucen en Los Ángeles. Un policía veterano y racista, su compañero novato e idealista, la esposa del fiscal del distrito, un tendero iraní, un acaudalado matrimonio negro... Entre estos personajes surgirán tensiones raciales, religiosas y sociales que ilustran la caótica vida de los habitantes de Los Ángeles. Debut ... [+]
26 de febrero de 2010
38 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo comienza en una cuneta de Los Ángeles. Sobre ella, el cuerpo de un joven asesinado. La cinta no nos proporciona más detalles sobre la identidad de la víctima. No sabemos su nombre, no conocemos su rostro y no podemos hacernos ni de lejos una pequeña idea del por qué ha podido producirse este crimen. Por supuesto, también desconocemos la autoría del mismo. Y entre las sombras que proporciona la oscuridad de la noche en la que transcurre esta escena y gran parte de la película, el argumento es impulsado hacia el pasado más cercano, tan sólo un día atrás, para presentarnos una auténtica maraña de personajes tejida magistralmente por el director. Éstos irán entrelazándose entre sí de alguna manera, luciéndose ante el espectador con una sobriedad en su trabajo que sorprende por lo perfecto de todas las interpretaciones.
Y una vez la película se encarga de presentarnos meticulosamente a los protagonistas de la historia, se adentra en el difícil objetivo de saber unir de manera metódica todas las historias paralelas que en la trama aterrizan, representadas por gente de todas las creencias y religiones, colores, razas y posiciones sociales. Una desesperada esposa de un fiscal del distrito, un agente de policía con 17 años de experiencia en el cuerpo que deja claras sus posturas racistas, un cerrajero al que le brillan los ojos cada vez que ve a su hijita, una pareja de color que trabaja en televisión, un par de jóvenes negros que roban coches mientras comparten sus reflexiones sobre la sociedad y el racismo... y así hasta llegar a completar el conjunto de historias que conforman el argumento general de la película.
Todas estas situaciones son contadas de modo soberbio mientras todas las escenas son montadas sin descanso en lo que se nota la buena mano y el trabajo incansable de Paul Haggins (En el valle de Elah, 2007), que no para de contar historias, a veces un poco melodramáticas, otras veces demasiado realistas e incluso hasta en alguna ocasión se permite recurrir a la fábula para dejar al espectador ensimismado con una serie de desenlaces muy originales y completamente inesperados. La película dura 100 minutos. Pero creo que si hubiese durado 200, o 300, hubiese seguido viéndola con la misma pasión e inquietud que como he visto la duración de este metraje. El director y guionista -esto último junto con Bobby Moresco- no sólo une bien todas las piezas de la película si no que se permite el lujo de hacer esto con demasiada soltura, pues es capaz de llevar a los infiernos a un personaje y después subirlo al cielo o de hacer totalmente lo contrario mientras el resto de papeles siguen manteniéndose en forma y sin perder fuerza, siendo con total seguridad la historia que llevan Sandra Bullock y un Brendan Fraser que sobra, la más simple y aburrida. Podría decirse que los momentos protagonizados por éstos perjudican al conjunto del film.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
Y una vez la película se encarga de presentarnos meticulosamente a los protagonistas de la historia, se adentra en el difícil objetivo de saber unir de manera metódica todas las historias paralelas que en la trama aterrizan, representadas por gente de todas las creencias y religiones, colores, razas y posiciones sociales. Una desesperada esposa de un fiscal del distrito, un agente de policía con 17 años de experiencia en el cuerpo que deja claras sus posturas racistas, un cerrajero al que le brillan los ojos cada vez que ve a su hijita, una pareja de color que trabaja en televisión, un par de jóvenes negros que roban coches mientras comparten sus reflexiones sobre la sociedad y el racismo... y así hasta llegar a completar el conjunto de historias que conforman el argumento general de la película.
Todas estas situaciones son contadas de modo soberbio mientras todas las escenas son montadas sin descanso en lo que se nota la buena mano y el trabajo incansable de Paul Haggins (En el valle de Elah, 2007), que no para de contar historias, a veces un poco melodramáticas, otras veces demasiado realistas e incluso hasta en alguna ocasión se permite recurrir a la fábula para dejar al espectador ensimismado con una serie de desenlaces muy originales y completamente inesperados. La película dura 100 minutos. Pero creo que si hubiese durado 200, o 300, hubiese seguido viéndola con la misma pasión e inquietud que como he visto la duración de este metraje. El director y guionista -esto último junto con Bobby Moresco- no sólo une bien todas las piezas de la película si no que se permite el lujo de hacer esto con demasiada soltura, pues es capaz de llevar a los infiernos a un personaje y después subirlo al cielo o de hacer totalmente lo contrario mientras el resto de papeles siguen manteniéndose en forma y sin perder fuerza, siendo con total seguridad la historia que llevan Sandra Bullock y un Brendan Fraser que sobra, la más simple y aburrida. Podría decirse que los momentos protagonizados por éstos perjudican al conjunto del film.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El guión transcurre con fluidez y se presenta cómodo al oído. Está lleno de reflexiones y refleja con acierto todo lo que pretende acercarnos. Lo que respecta a la dirección y guionistas en esta película es digno de aplauso, pues Paul Haggins no sólo debutaba con esta cinta como director, si no que lo hacía después de haber triunfado trabajando de la mano de Clint Eastwood haciendo el guión de Million Dollar Baby, trabajo por el que estuvo nominado al Oscar.
El trabajo del reparto es tan bueno que es difícil destacar objetivamente a alguien, así que sólo puedo limitarme a decir cuales han sido los actores que creo que han estado por encima del listón, como valoración personal. Y éstos son Matt Dillon, que vence y convence, Michael Peña (World Trade Center, 2006), con muchos menos minutos que el anterior pero con la suficiente capacidad para saber representar a un personaje que transmite todo lo que se propone, y la guapa de Thandie Newton (W., 2008), que con sólo una mirada no necesita más palabras para penetrar en las emociones. Este es un punto que se limita a los gustos personales de cada uno, pues generalmente todas las interpretaciones son grandiosas y no es fácil decantarse por alguna, ya que siempre queda la sensación de que nos podemos olvidar injustamente a cualquier otro de los actores del reparto.
También, comentar la acertada elección de la música para esta película, entre la que destaca el tema “In the deep” de Bird York, que es la canción que más se ha respetado en todo el film, pues su reproducción es íntegra y aparece en el momento más indicado para llevar a lo más alto a la escena que acompaña. El tema principal también es digno de mención, siendo una canción completamente bañada en la melancolía, que invita a la angustia y la desesperación a la vez que intenta ver con optimismo la perspectiva de la paz social.
Por último decir que el mensaje sobre el racismo que transmite la película puede que no sea el más adecuado, pues lejos de pretender unir da la sensación de hurgar en esta polémica herida con la intención de conmover resucitando este fenómeno cuando más superado está y ofreciendo el mismo desde un punto de vista exagerado. A pesar de ello y con todo, una gran película que consigue cumplir con su objetivo de gustar, sorprender y entretener, que al verla con bastante escepticismo al no conocer demasiado de la misma, me sorprendió gratamente. Quizá lo que consigue no hacerla perfecta además de lo citado al inicio de este párrafo, es una parte de su tramo central, en la que se suceden algunos momentos más lentos y algunas escenas de tedio. Pero después de ese momento, de esa desaceleración en la velocidad del metraje, descubrí que todo era una treta del director para que el espectador se confiase y terminara sorprendiéndose con lo que vendría a continuación.
El trabajo del reparto es tan bueno que es difícil destacar objetivamente a alguien, así que sólo puedo limitarme a decir cuales han sido los actores que creo que han estado por encima del listón, como valoración personal. Y éstos son Matt Dillon, que vence y convence, Michael Peña (World Trade Center, 2006), con muchos menos minutos que el anterior pero con la suficiente capacidad para saber representar a un personaje que transmite todo lo que se propone, y la guapa de Thandie Newton (W., 2008), que con sólo una mirada no necesita más palabras para penetrar en las emociones. Este es un punto que se limita a los gustos personales de cada uno, pues generalmente todas las interpretaciones son grandiosas y no es fácil decantarse por alguna, ya que siempre queda la sensación de que nos podemos olvidar injustamente a cualquier otro de los actores del reparto.
También, comentar la acertada elección de la música para esta película, entre la que destaca el tema “In the deep” de Bird York, que es la canción que más se ha respetado en todo el film, pues su reproducción es íntegra y aparece en el momento más indicado para llevar a lo más alto a la escena que acompaña. El tema principal también es digno de mención, siendo una canción completamente bañada en la melancolía, que invita a la angustia y la desesperación a la vez que intenta ver con optimismo la perspectiva de la paz social.
Por último decir que el mensaje sobre el racismo que transmite la película puede que no sea el más adecuado, pues lejos de pretender unir da la sensación de hurgar en esta polémica herida con la intención de conmover resucitando este fenómeno cuando más superado está y ofreciendo el mismo desde un punto de vista exagerado. A pesar de ello y con todo, una gran película que consigue cumplir con su objetivo de gustar, sorprender y entretener, que al verla con bastante escepticismo al no conocer demasiado de la misma, me sorprendió gratamente. Quizá lo que consigue no hacerla perfecta además de lo citado al inicio de este párrafo, es una parte de su tramo central, en la que se suceden algunos momentos más lentos y algunas escenas de tedio. Pero después de ese momento, de esa desaceleración en la velocidad del metraje, descubrí que todo era una treta del director para que el espectador se confiase y terminara sorprendiéndose con lo que vendría a continuación.