Una academia militar tiene un plazo de un año para cerrar, puesto que planean construir en el terreno unos apartamentos. Su comandante, el general Bache (George C. Scott) se opone enérgicamente a que ésto suceda, pero poco puede hacer para impedirlo, más que pedir a sus cadetes que hagan los posible para defender con honor algo que para muchos es más que cuatro paredes en las que formarse.

Pero un desgraciado e inesperado accidente desemboca en una rebelión contra las autoridades que pretenden poner fin a la vida de la academia. Empieza aquí un drama sin demasiada energía y vestido de convencionalismo que pone de relieve el mensaje de que es posible luchar por aquello que se quiere.

Como aliciente, ver el segundo de los papeles en el cine de Timothy Hutton y Tom Cruise, además del debut de Sean Penn y el buen papel del veterano George C. Scott. Un buen reparto que completa unas grandes interpretaciones -destacando la de Hutton- que sin conseguir emocionar, gusta y entretiene.

El nombre de Taps hace referencia a una famosa pieza musical reproducida por el ejército de los EEUU en ceremonias y funerales, tocada generalmente con trompeta.