El ruso este está majareta sin duda, es otro pirado de cuidado y lo demuestra sobradamente con esta peli.

Solo me quedaba por ver en una película de acción a unos tíos que como un Maradona cualquiera con el balón, tiraran balazos dando efecto a la bala ¡Vaya! ¡Vaya!

El cutrerio de la película es infinito, ya que este director es un cutre de los pies a la cabeza.

Empieza tipo Matrix, con un coleguilla vestido de negro, cuan un Smith cualquiera, haciendo virguerías, cabrioladas y vuelos sin motor, un auténtico súper hombre que medio vuela, corre como un guepardo y dispara a más velocidad de lo que da si el gatillo.

Pero mira por donde le matan en la primera escena, con lo que molaba el tío, que pena.
Y se desbordan los acontecimientos, resulta que un pobre informático miedoso, aburrido y con una vida desastrosa, el cual no sabe que tiene poderes, es reclutado por una secta un tanto extraña. Le reclutan para sustituir al tipo de negro, y convertirse en un raro asesino, que mata por lo que le dice una maquina textil ¿¿??

El entrenamiento que le hacen al amigo en cuestión es irrisorio, simplemente le muelen a golpes, cuchilladas y gilipolleces parecidas un día tras otro hasta convertirle de una forma tan mema en el súper héroe que se entiende que es.

Lo demás, carreritas de acá para allá, persecuciones, balas a cámara lenta, efectos con cristales y bobadas semejantes, que entretienen dentro del ridículo general.

Al final el invento se sale de madre con una bala giratoria, que no cuento de qué va pues influye en el desenlace de la película, la cual me hizo soltar una carcajada que aún me dura.

Como ya he dicho entretenidilla si es, pero si te la piensas te partes de risa con las ocurrencias cutreriles del Uwe Boll ruso.