Tras una primera trilogía que comenzó a principios de siglo y nos presentó por primera vez en cine a La Patrulla X que conocíamos de los cómics y de la animación televisiva, y que fue de más a mucho menos, se procedió a una película sobre los orígenes del personaje de Lobezno, sin duda el personaje que mejor parado había salido de la trilogía anterior y más fans había conseguido, en una fórmula que querían hacer con varios superhérores "mutantes", y que al final se quedó reducida en el personaje interpretado por Hugh Jackman. Esto nos hizo tener primero una película sobre los orígenes del personaje, con cosas interesantes pero que los problemas de guion y de su desenlace la acabaron convirtiendo en un producto fallido, y una segunda película muy distinta, donde se utilizaba la relación del personaje con la historia de Japón que nos habían contado Claremont y Miller en los cómics, y que no acababa de funcionar del todo aún teniendo cosas valorables.
También reseñar las apariciones del mismo personaje en la nueva trilogía de los X Men en una versión más juvenil estrenada estos últimos años.

Ahora James Mangold, el mismo director de la segunda película (Lobezno Inmortal, 2013). nos trae la obra cinematográfica definitiva para despedir la saga y a Jackman como intérprete del personaje, (y de paso también al gran Patrick Stewart como el Profesor Xavier).
Logan es la película que se merecía éste personaje, olvidándose de las anteriores películas, y utilizando de base el cómic de Millar y Mcniven "El Viejo Logan", pero con los impedimentos de no poder reproducirla con toda la fidelidad. Esto hace que Mangold, que por primera vez ha participado en el guion, haga una reimaginación del cómic para llevarnos a un mundo futurista, dónde la raza de los mutantes casi han desaparecido, y el personaje de Logan malvive trabajando de conductor de limusinas mientras vive maldito por unos hechos que ocurrieron en el pasado con el profesor Charles Xavier y el mutante Caliban. Como todo gran héroes de epopeya, Lobezno tendrá una última oportunidad para redimirse de sus pecados y vencer a sus fantasmas, y esa oportunidad viene en forma de niña. El personaje de Laura, interpretado de forma maravillosa por Dafne Keen, de ascendencia española, le da la fuerza, la rabia y el físico necesarios para el personaje, que será clave en el devenir de los acontecimientos.
A diferencia de Deadpool, la anterior obra de Fox en el mundo de Marvel, ésta es cruda, oscura, y con un gran equilibrio entre las escenas dramáticas y las escenas de acción, que vienen en pequeñas dosis pero cuando aparecen, la violencia se muestra en todo su esplendor (se agradece que la película se haya calificado no apta para menores de edad). Destaca su escenario casi post-apocalíptico con unos personajes malditos dignos del mejor Spaguetti Western, combinándolo con el road movie a mitad de película. Aquí el director demuestra una dirección y una intención no vista en sus anteriores trabajos, sumado a una estética muy potente.
En definitiva, una de las películas más maduras y reflexivas del mundo Marvel y sin duda una de las mejores del universo mutante. Una gran despedida del mutante más mítico el que nos han brindado en este caso Fox, Mangold y Jackman para un personaje legendario.


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