Una película que comienza de una manera caótica pero que va cogiendo forma conforme desaparece el caos de la grabación y se añade a la historia. Este desorden inicial permite introducir saltos temporales sin que moleste al espectador.

Los actores, que en su mayoría hemos visto pasar sin pena ni gloria por numerosos papeles secundarios, hacen un trabajo bastante aceptable a pesar de su corta edad.

Todo lo anterior, junto a algunos planos bastante impactantes de la costa californiana, permite transformar una cinta llena de tópicos en una peícula muy recomendable que va mejorando con cada minuto que pasa.