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España España · Málaga
Voto de Sigma:
6
Romance. Comedia Jamie (Kunis) es una joven cazatalentos que convence a Dylan (Timberlake) para que se vaya a trabajar a Nueva York como director artístico de la revista GQ. Una vez allí los dos, solteros y atractivos, entablan una relación estrictamente sexual sin dejar por ello de ser amigos. Naturalmente, esta anómala relación no les traerá más que complicaciones. (FILMAFFINITY)
30 de septiembre de 2011
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“Con derecho a roce” es una comedia romántica realizada por Will Gluck (“Rumores y mentiras”, “Guerra de cheerleaders”) que cuenta la historia de dos jóvenes que construyen su relación de amistad sobre sus encuentros amorosos.

Dylan (Timberlake) es un chico atractivo que acaba de romper con su pareja y que se traslada a Nueva York para progresar en su trabajo. Jamie (Mila Kunis) es una chica despampanante que también ha sufrido una ruptura amorosa y que atraviesa una pequeña crisis existencial. Ella le ayuda a él conseguir trabajo y se convierte en su única amiga. Él le propone a ella acostarse juntos dejando fuera de las sábanas los sentimientos. Ella y él descubren que el sexo siempre conlleva sentir un cierto apego hacia la otra persona, por lo que tendrán que replantearse si se puede ser “solo amigos” con tanto roce.

Lo que me atrajo básicamente de esta película fueron las declaraciones de sus dos protagonistas de que esta historia romántica era atípica por la forma más adulta en la que se trataba las relaciones sexuales. Tras el visionado, no te queda otra sensación más que la de que acabas de asistir a una comedia romántica azucarada del montón, donde indefectiblemente nada se sale de los, al parecer, poco flexibles moldes que definen al género. Y no me queda otra que ratificar la idea de que existe un océano, literal y metafóricamente hablando, entre su cultura y la nuestra. Me cuesta trabajo imaginarme a un español de acera ruborizándose porque en una película patria se diga “caca, culo, pedo, pis”, que es lo más provocador que se dice en esta cinta junto a enseñar por medio segundo los traseros de Justin y Mila. Las escenas sexuales ocurren bajo las sábanas, no se va más carne que la de los hombros y se trata al sexo más como un juego de colegiales que como un acto de entrega completa. El resto del tiempo, que es el mayoritario, nos mantendrán entretenidos con chascarrillos más o menos afortunados que te hacen pasar, sin duda, en rato entretenido.

No sé si de manera consciente y a modo de autocrítica, o quizás por desafortunado descuido de los guionistas, se critica en el filme de manera explícita los estándares del cine cómico-romántico, clichés que repiten sin pudor al final de la cinta. Véase por ejemplo un uso de la música de manera incidental para remarcar los momentos cumbres, planos cortos y enfáticos cuando se expresan su amor incondicional, el chico que moviliza cielo y tierra por hacer ver al amor de su vida que le perdone, un primer final tierno y romántico hasta volverte diabético y un cierre último en forma de gag donde todos quedamos felices, contentos y risueños. Todo esto es previsible teniendo en cuenta el historial de cine palomitero tanto del director como de los guionistas, cuyo único trabajo previo había sido la colaboración en guiones de una serie adolescente americana.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sigma
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