Después del buen sabor de boca que me dejó 'La noche de los muertos vivientes', con el que todos aprendieron el nombre de George A. Romero para no olvidarlo jamás, y a expensas de ver algún día el famosísimo 'Amanecer de los muertos', ayer tocó una nueva dosis de zombies y de nuevo con la leyenda Romero tras la cámara.

Algo que pude comprobar pasados los primeros minutos de la cinta es que no había una atmósfera inquietante y se sobreutilizaba la banda sonora, algo que ya me daba malos augurios. Por otro lado, George A. Romero parecía buscar para este film un tono de drama humano en medio de un apocalípsis zombie en lugar de una película de terror, ya que los protagonistas no son los caminantes con hambre de comer a humanos, sino los supervivientes que estaban atrincherados en la instalación protegiéndose y buscando una cura para la epidemia. Debido a esto, hay alguna escena que otra, pero, en general, el ritmo de la película es más bien anodino.

Para mi gusto, de los personajes protagonistas humanos no me quedaría con ninguno. No solo como actores no son precisamente talentos (vale que para este subgénero no hacen falta grandes interpretaciones; pero un poco más de calidad actoral no habría estado mal), sino que sus personajes tampoco me parecieron gran cosa, muy planos y sin carisma. El personaje que sí merece la pena es el zombie principal, aquel que usan para domesticarlo. Es la auténtica estrella de la película.

Pasado un buen rato, por fin empieza a mejorar la película. Por desgracia, no da para que vaya a tener un buen recuerdo como con 'La noche de los muertos vivientes' que siendo más humilde era mejor obra.

Así que, en resumidas cuentas, no puedo decir que haya malgastado mi tiempo; aunque tampoco puedo decir que lo haya usado bien. Al menos, su duración no da como para terminar cansándome del todo y quitar la película sin haberla terminado.