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Voto de Michael Myers:
6
Terror. Thriller. Intriga Después de veintidós años encerrado en un psiquiátrico y, aparentemente curado, Norman Bates (Anthony Perkins) queda en libertad pese a las protestas de Lila, la hermana de Marion Crane (Vera Miles) y viuda de Sam Loomis, el antiguo novio de su hermana. Acompañado por su psiquiatra, el doctor Raymond, Norman regresa al motel Bates y se hace cargo de él. Tras hacer amistad con una joven, empiezan a ocurrir hechos extraños y crímenes inexplicables... (FILMAFFINITY) [+]
29 de octubre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más de dos décadas tardó (y yo 10 años en verla tras 'Psicosis') en llegar esta continuación de la que fue, sin duda alguna, una de las mejores películas de suspense y terror de todos los tiempos la que dirigió el gran Alfred Hitchcock en 1960 y que hizo mirar a las duchas de otra forma que no fuera solamente un lugar de aseo personal. Por supuesto, no podía faltar Anthony Perkins como Norman Bates, en el rol de su vida, volviendo al motel y a su sombría casa después de los hechos de la primera película; vuelve también Vera Miles como la hermana de Marion Crane, la única miembro del elenco del filme original que repite junto con Perkins.

Alfred Hitchcock solo hay uno y no podía regresar por obvias razones a la realización de esta secuela, así que en su lugar se contrató a Richard Franklin, director de carrera más bien discreta, para sustituir al genio del suspense. Sorprendentemente, el realizador realiza una más que buena labor unida al guion bien trabajado de Tom Holland.

Sería demasiado obvio volver a la trama original, así que Holland optó por un thriller con toques inevitables de terror donde se hace dudar si lo que sucede durante las casi dos horas de metraje es lo que todo el mundo piensa o hay algo más. Tengo que decir que compro sin problema esta nueva rama de la saga de Norman al sacar una historia interesante y entretenida después del final cerrado que tuvo 'Psicosis' donde todo el pescado estaba ya vendido y parecía que nada más podía extraerse. Aquí es donde entra el personaje de Vera Miles, quien cobra suma importancia, y el personaje de Mary, interpretada por Meg Tilly (sí, hermana de Jennifer Tilly, otra que ha hechos sus cosas en el cine de terror). Ellas dos, junto con Anthony Perkins, realizan los mejores trabajos del reparto.

Igualar el nivel de la película de Hitchcock era algo prácticamente imposible, y seguramente todos los involucrados en la construcción de esta secuela lo sabían, o si no lo sabían eran tremendamente ingenuos. Aún así, este regreso no es ni mucho menos desechable. La escena final puede parecer metida con calzador y controvertida, pero el balance general es de una sorpresa positiva donde se coge el relevo de un filme mítico y se mantiene en un lugar muy decente para lo que suelen suponer las secuelas de cintas de terror donde la norma general es una caída cada vez más alarmante. Aquí sucede, aunque supera holgadamente el aprobado.

La tercera y cuarta parte ya es harina de otro costal y se hablará de ellas cuando llegue el momento.
Michael Myers
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