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Estados Unidos Estados Unidos · Nueva York
Voto de Harold Angel:
8
Drama. Intriga Francia, 1386. Narra el enfrentamiento entre el caballero Jean de Carrouges (Matt Damon) y el escudero Jacques LeGris (Adam Driver), al acusar el primero al segundo de abusar de su esposa, Marguerite de Carrouges (Jodie Comer). El Rey Carlos VI decide que la mejor forma de solucionar el conflicto es un duelo a muerte. El que gane será el poseedor de la verdad y, en caso de que venza LeGris, la esposa del caballero será quemada como castigo por falsas acusaciones. [+]
17 de noviembre de 2021
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de varios años dando tumbos, Ridley Scott recupera el pulso con una obra estupenda ambientada en la Edad Media sobre un caso de violación muy extrapolable a nuestros días.

Cuenta la historia de una violación a la mujer de un caballero por parte de un amigo de este desde tres puntos de vista con un espectacular duelo final.

La película resulta muy creíble gracias a un riguroso guion co-escrito por Ben Affleck, quien se reserva también un pequeño pero importante papel, y a la manera en que Scott desarrolla el argumento sin caer en maniqueísmos o en lo políticamente correcto.

Además de contar con unas interpretaciones de lujo de su trio protagonista, el film está impecablemente realizado desde el punto de vista técnico, con una vistosa recreación del París del siglo XIV muy alejado todavía de su apariencia actual aunque la icónica catedral de Notre Dame ya empezaba a tomar forma. Vestuario, música y fotografía de recibo con esos parajes nevados, lluviosos y fríos de una época dura como pocas.

La trama supone una denuncia al papel de la mujer en esos tiempos reducida a una simple propiedad del marido o de su padre. Condenada a morir en la hoguera si levantaba falso testimonio o su marido perdía el duelo de honor por ella. Tenía que padecer también el escarnio de la gente, incluido el de sus amistades más cercanas, en un ejercicio de hipocresía marcada por la envidia. Pero también el hombre era educado como un ser desprovisto de sentimientos cuyos únicos objetivos principales en la vida eran servir al Rey y tener un heredero. Desde la perspectiva actual muchas de las opiniones de la Iglesia, por ejemplo, resultan ridículas y escandalosas pero tampoco se debe juzgar el pasado con mentalidad de presente.

Lo peor de todo es que en nuestros tiempos la situación se está volviendo a producir pero cambiadas las tornas. Ahora es el hombre el culpable hasta que se demuestre lo contrario. Si una mujer denuncia a un hombre por violación o acoso, éste tiene todas las de perder porque el testimonio de una mujer tiene completa validez aunque no se haya demostrado.
Harold Angel
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