Esta es la historia de una pobre chavala, que como Marco lo único que quiere es encontrar a su madre. En lugar del mono Amedio se hará acompañar de un camionero putero. Putero pero buen tío, ojo.

Especie de "road movie" casposa y con algunos toques de humor, aunque el fondo del asunto es un drama en toda regla, mezclando el submundo de la prostitución y toda la mierda que lo rodea con la escapada obligada de una menor a la que quieren hacer pasar por la piedra.

A mi me gustó más la película que el libro, rarito que es uno. De todos modos, no nos engañemos: ni la novela ni la peli son gran cosa, pero Enrique Urbizu consigue en todo momento que el ritmo no decaiga en absoluto. Y eso que la pareja protagonista es bastante mejorable: la niña hace lo que puede, porque imagino que ni es actriz ni nada. Y Jorge Perugorría ni fu ni fa. Pero es que lo mejor de todo es Sancho Gracia, el propietario de un puticlub de carretera, pendenciero y mala gente, obsesionado en dar caza a la peculiar pareja. Todas sus intervenciones son tan pasadas de vueltas como divertidas. Impagable su primera escena llegando con aquel destrozado Mercedes completamente ebrio. Y el que no le anda muy atrás en patetismo es el retrasado de la camiseta del Betis, muy bien interpretado por Aitor Mazo. Atentos a la breve aparición de Pilar Bardem caracterizada como la hermana gemela (por lo menos) del Señor Barragán.

El final es muy peliculero y todo lo que quieras, pero no lo suficientemente malo para olvidarme de lo bien que me lo ha hecho pasar Enrique Urbizu (y Sancho Gracia).

Vente p'acá... vente p'acá!