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Voto de Obergefreiter:
10

Voto de Obergefreiter:
10
7.4
12,266
Bélico
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En el frente oriental, un escuadrón de soldados alemanes, capitaneados por un duro oficial, se enfrenta a las temibles hordas del ejército ruso. El pelotón germano está liderado por el respetado sargento Steiner (James Coburn), pero también tendrá que hacer frente a las decisiones ambiciosas y suicidas del capitán Stransky (Maximilian Schell), un aristócrata prusiano recién llegado al frente que busca ... [+]
15 de septiembre de 2008
15 de septiembre de 2008
25 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me considero un gran amante del cine bélico, y no sólo me gustan las obras maestras de este género, sino que he visto muchas de ellas en bastantes ocasiones. Sé que hay muchas películas sobresalientes en este género y no sé cuál es la mejor, pero si tuviera que decir cuál es la que más me gusta y más me emociona (¿la que considero mejor, entonces?), no dudaría en señalar a La cruz de hierro, que tiene lugar durante la retirada rusa de la península de Taman (¡No de Crimea!). ¿Por qué considero que esta es mi película bélica favorita? Por muchos motivos:
Porque nos muestra la auténtica guerra. La Segunda Guerra Mundial ha sido el conflicto más sangriento de la historia. En muchas películas que tratan sobre esta guerra, no lo parece, y sin embargo, La cruz de hierro nos da a entender la brutalidad inhumana que vivieron los soldados en el campo de batalla, soldados condenados a morir. Peckinpah se vale tanto de imágenes como de palabras para mostrárnoslo. Aquí, la batalla no termina con la rendición. Aquí termina con una muerte segura.
También porque nos muestra la perspectiva de quienes más sufrieron en esa guerra: los alemanes, tantas veces vistos como enemigos deshumanizados y tratados todos y cada uno de ellos como simples nazis malvados, cuando en realidad la mayoría de ellos eran hombres normales que hacían lo mismo que los soldados americanos o rusos. Y todos los personajes de La cruz de hierro son fantásticos, todos te hacen sentir emoción, odio, respeto. Llegas a creer que existieron tal cual salen en la pantalla. Parecen sacados de una oscura trinchera alemana en lo más recóndito de Rusia; sucios y valientes.
Porque los conflictos, las situaciones que tienen lugar entre los personajes antagónicos, son simplemente atrayentes. Te pones en la piel de Steiner en cada una de las situaciones y te preguntas si harías lo mismo que él. Y no sólo con Steiner, también con los demás. Incluso puedes llegar a identificarte en algún momento con el capitán Stransky. Y La cruz de hierro rebosa de frases que pasarán a la historia, escenas inolvidables, y un final digno de ser recordado.
Y también, aunque esto ya es secundario, por el gran realismo de sus escenas bélicas, rodadas todas con armas y carros de combate auténticos, y por su violencia salvaje, de la que, como se muestra en la película, todos, aunque no lo creamos, somos capaces de cometer.
Porque nos muestra la auténtica guerra. La Segunda Guerra Mundial ha sido el conflicto más sangriento de la historia. En muchas películas que tratan sobre esta guerra, no lo parece, y sin embargo, La cruz de hierro nos da a entender la brutalidad inhumana que vivieron los soldados en el campo de batalla, soldados condenados a morir. Peckinpah se vale tanto de imágenes como de palabras para mostrárnoslo. Aquí, la batalla no termina con la rendición. Aquí termina con una muerte segura.
También porque nos muestra la perspectiva de quienes más sufrieron en esa guerra: los alemanes, tantas veces vistos como enemigos deshumanizados y tratados todos y cada uno de ellos como simples nazis malvados, cuando en realidad la mayoría de ellos eran hombres normales que hacían lo mismo que los soldados americanos o rusos. Y todos los personajes de La cruz de hierro son fantásticos, todos te hacen sentir emoción, odio, respeto. Llegas a creer que existieron tal cual salen en la pantalla. Parecen sacados de una oscura trinchera alemana en lo más recóndito de Rusia; sucios y valientes.
Porque los conflictos, las situaciones que tienen lugar entre los personajes antagónicos, son simplemente atrayentes. Te pones en la piel de Steiner en cada una de las situaciones y te preguntas si harías lo mismo que él. Y no sólo con Steiner, también con los demás. Incluso puedes llegar a identificarte en algún momento con el capitán Stransky. Y La cruz de hierro rebosa de frases que pasarán a la historia, escenas inolvidables, y un final digno de ser recordado.
Y también, aunque esto ya es secundario, por el gran realismo de sus escenas bélicas, rodadas todas con armas y carros de combate auténticos, y por su violencia salvaje, de la que, como se muestra en la película, todos, aunque no lo creamos, somos capaces de cometer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Entre esos momentos tan fantásticos: la charla entre Stransky y Triebig, todas las escenas donde aparecen el coronel Brantd y el capitán Kiessel, la parte de las prisioneras rusas… pero para mí el mejor es el final del pelotón de Steiner, cuando la mayoría de los soldados mueren ametrallados por una miserable cruz de hierro.