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España España · Un lugar de La Mancha
Voto de CarlosDL:
9
Drama Tras un divorcio difícil, Lucas, un hombre de cuarenta años, ha encontrado una nueva novia, un nuevo trabajo y trata de reconstruir su relación con Marcus, su hijo adolescente. Pero algo empieza a ir mal: un detalle cualquiera, un comentario inocente y una mentira insignificante que se extiende como un virus invisible sembrando el estupor y la desconfianza en una pequeña población. (FILMAFFINITY)
30 de noviembre de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La filmoteca de nuevo, brindando ocasiones de hora cada mes. Poder ver esta película en un cine en versión original es realmente sorprendente. Danesa de nacimiento, ha sabido extender sus raíces largas y profundas en muchos otros países donde ha conmocionado a público y crítica, ganando premios y reconocimientos a pesar de que la distribución del cine de autor parece ser un lastre para muchos. Una película personal, sincera, cruel y redonda, dirigida con una solvencia escalofriante ante la complejidad de un guión que podía haberse derrumbado en una cantidad innumerable de ocasiones para caer en lo cotidiano de una película de sobremesa pero sabe mantenerse erguido para proponerse como una de las películas más polémicas y de mayor calidad de los últimos meses.

Un lugar tranquilo, una ciudad amable, habitantes unidos ante la tradición y las celebraciones, los festines, la caza y la vida. El marco de presentación muestra esta pintoresca situación de convivencia fluida y tranquila, alterada por unos sucesos realmente grotescos. Pero, ¿sucedieron realmente? Lucas era un divorciado que trabaja en una guardería dispuesto a reconstruir su situación y reestructurar su vida cuando la hija pequeña de su mejor amigo le acusa de haber visto su pito 'apuntando al cielo'. Realidad o mentira, la niña decido tomar aquello como un juego y traspasarlo al ámbito de los mayores, incluso al del propio espectador que queda trastornado y desconcertado ante los hechos, los ojos muestran sorpresa, el estómago se encoge, el asiento comienza a ser un lugar incómodo donde pasaremos a ver una de las películas cuya moral es de las más retorcidas y desagradables que puedas cruzarte. Repugnante, asquerosa y perturbadora para un público que no puede alejar esa incómoda sensación de su ser, que no puede evitar el agobio y la empatía, pero que por suerte es ligeramente aliviada por lagos de calma en forma de una fotografía serena y bella de las inmediaciones del pueblo, bañada en una banda sonora elegida con pudor, en el gélido (aún más gélido que el guión) invierno danés.

Se conforma como una sorprendente y estimulante desintegración de un personaje férreo, que brota de una apasionante interpretación de Mads Milkkelsen, ante las adversidades de una sociedad arpía y preocupada por el 'qué dirán' antes que por las personas mismas, capaz de olvidar la inocencia de la infancia destruyéndola para comenzar una caza de brujas contra aquel que antes era uno de ellos por culpa de una realimentación de sus propios odios, sus propias convicciones y su propia estupidez, capaz de olvidar la propia fragilidad de los niños para conseguir que ellos mismos sean partícipes en un circo entorno al sufrimiento de un igual mientras se mofan de ello, capaz de mucho, y egoísta por ello. Es esa misma estupidez de la que hablaba, la que destroza los esquemas para helar la sangre en una inverosímil y violenta creación que no podrá ser desechada por aquellos que se pongan ante ella.

Un arrogante desafío para el espectador como ser coherente, crítico y moral ante un cine que, al igual que aquella tendencia a la que llamaron 'dogma', busca ir más allá de las propias imágenes que en él se muestran, busca cazar al espectador, apuntarle y hacerle temblar para que sea hábil y reaccione con aquello que no es tan agradable a la vista.
CarlosDL
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