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Voto de Sergio Berbel:
5
Drama Cuenta la historia de Sidonie-Gabrielle Colette (Keira Knightley), autora de las polémicas novelas que causaron gran revuelo en el París de los años 20 "Claudine" y "Gigi", desde su infancia en el campo hasta su consagración en la sociedad parisina junto a su marido, el también autor Henry Gautheir-Villas “Willy” (Dominic West), que en un principio actúa como mentor de Colette. (FILMAFFINITY)
31 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda, la escritora francesa de finales del XIX y principios del XX Colette daba para un biopic apasionante y a la altura de su figura, controvertida y cargada de aristas como pocas en la literatura europea de la época. Desde luego, el que firma Wash Westmoreland está muy lejos de ello y no deja de ser una cinta autobiográfica más con tendencia a la hagiografía y estructura manida y reiterada hasta la saciedad con aroma a palomitas en todo momento. Una pena, porque Colette hubiera merecido todo lo contrario.

Víctima de su tiempo, Colette era una chica con una capacidad literaria ilimitada que, por los avatares de una sociedad machista hasta la náusea, vio publicada su obra literaria bajo el nombre de su marido, un sinvergüenza integral mujeriego, fracasado, alcohólico, que vivía de su nombre y de lo que escribían otros bajo el mismo, que dirigía su vida en torno a las apariencias sociales conduciéndolos siempre a un estado de ruina absoluta por más dinero que ganase… Ante Colette apareció la encrucijada vital infalible: espabilar o morir.

Mientras tanto, conforme se emancipa de su “señor”, descubre el apasionante mundo sexual femenino y desarrolla una querencia por los dos mundos cada vez mayor, o quizás es que siempre le atrajeron las mujeres exclusivamente y lo demás fueron imposiciones sociales al uso.

Wash Westmoreland comienza la película con un estilo ampuloso de elegantes movimientos de cámara, poco montaje y mucho juego de reflejos en los espejos que, como todo lo demás en esta película, promete mucho más de lo que acaba entregando, abandonándose con posterioridad al consabido plano-contraplano, a la ortodoxia más absoluta para una película convencional y académica como pretende ser y es finalmente, por desgracia.

Lo mejor de la función, sin duda, su pareja protagonista, excelsa en su esfuerzo por hacer creíbles unos personajes que adolecen un poco de ser de cartón piedra: tanto Keira Knightley como Dominic West (The Wire, The Affair) se entregan en cuerpo y alma a sostener e insuflar vida a una cinta rutinaria que no llega a ninguna parte concreta que trascienda.
Sergio Berbel
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