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Voto de Sergio Berbel:
10
Drama Lucía y Marcelo tienen 30 años y están yendo con cien mil dólares a pagar su futura casa. Pero el vendedor no llega y la escritura se posterga un día. Tensos y frustrados, vuelven a su antiguo departamento alquilado y esconden el dinero. En el transcurso de esas 24 horas de espera y estrés, se revela la verdadera naturaleza del amor entre Lucía y Marcelo, de la crisis por la que están pasando, y de la violencia que los atraviesa. (FILMAFFINITY) [+]
22 de julio de 2020
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Simple y llanamente, una de las mejores películas que he visto en lo que va de año. Un fidedigno y desgarrador drama argentino asfixiante que puede y debe competir con la intocable “Revolutonary Road” de Sam Mendes como radiografía de lo que le ocurre a una pareja cuando se agota el amor y sólo queda el resentimiento y el odio. Absolutamente magistral y durísima a un tiempo, desoladora y perturbadora, intensa hasta decir basta, descorazonadora, cargada de dolor y de impotencia, una joya del cine moderno es “El incendio” de Juan Schnitman.

Porque "El incendio" es una película agreste, árida, violenta, malhumorada, encarada contra el mundo, fantástica, real como la vida y el desamor mismos. Es una inmersión a pulmón y sin comodines a los infiernos más profundos de la vida en pareja, dejando al aire todo lo imposible de la convivencia sin tapujos, sin pudor, sin perdón, sin condescendencia, tan implacable con sus personajes como con el espectador, violentado en algunas escenas durísimas física y psicológicamente hasta gritar basta.

El argentino Juan Schnitman, cual Lars Von Trier del otro lado del Atlántico, se impone a sí mismo límites en la narración cinematográfica: todo ocurre en 24 horas dentro de la vida de una pareja a la que ya no le queda nada por compartir; todo en apenas cuatro espacios; todo en largos planos secuencia de cámara nerviosa y apenas montaje; todo entre una tensión insufrible; todo a punto de estallar en violencia descontrolada; todo reducido a dos personajes, dos actores que desnudan su alma ante la cámara, soberbios Juan Barberini y, muy especialmente, ella, Pilar Gamboa. Lo de Pilar Gamboa es de esas interpretaciones que, una vez vistas, ya no vas a poder olvidar jamás. Ella sabe encarnar como pocas veces se ha visto en la pantalla el dolor asfixiante de no poder más, de saber que no puedes seguir ni un minuto más junto a la persona que amaste y que algún rescoldo aún existe paradójicamente, pero con la que no se puede compartir nada más nunca más. Pilar Gamboa es una diosa de la interpretación y en esta película está su culmen absoluto.

El resultado de tanta maravilla perfecta junta es una radiografía de lo peor de la pareja, de lo peor del ser humano que, lejos de terminar atando cabos, los desata todos para que el espectador se siga torturando tras el visionado del film, aún más si cabe. Porque su final abierto es antológico, desgarrador, te deja cavilando para siempre. Como su arranque, donde es imposible saber si estamos ante una película de atracos o de una pareja de comportamiento extraño. Y ojo a la reflexión sobre la violencia en las aulas que se desliza en la película como subtrama que te deja helado. Es lo que tienen las obras maestras, que perturban.
Sergio Berbel
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