Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sergio Berbel:
6
Drama Un hombre de mediana edad decide suicidarse. Su única preocupación es encontrar a alguien que le ayude y se comprometa a enterrarlo. Esta situación le permite conocer a una gran variedad de personajes. (FILMAFFINITY)
11 de noviembre de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
El reconocido cineasta iraní Abbas Kiarostami se alzaba en 1997 con la Palma de Oro en el Festival de Cannes (ex – aequo) con “El sabor de las cerezas”, inclasificable “road movie” por una zona desértica ubicada en las afueras de Teherán en la que su único protagonista va conociendo a diferentes personas en su incansable búsqueda de alguien que le ayude a suicidarse durante una jornada completa.

Estamos ante un film que tan sólo en escasas ocasiones sale del reducido espacio del vehículo de su protagonista, por lo que es la palabra la que protagoniza la cinta, una película en torno a interesantes diálogos sobre la vida y la muerte, sobre la necesidad de supervivencia o el derecho humano al abandono de un mundo que no resulta comprensible ni sostenible.

Homayoun Ershadi es el actor que ocupa todas las escenas del film sin excepción, interpretando con enorme convicción a un hombre de mediana edad que tiene claro que va a poner fin a su vida y que va cruzando un territorio inhóspito con su vehículo buscando a alguna persona que le ayude en la ejecución de su inapelable decisión a cambio de dinero. El optimismo generalizado y los principios religiosos imperantes en la sociedad iraní no se lo van a poner nada fácil.

El propio Kiarostami firma el guión del film, que se enriquece con una interesante dirección de fotografía de Homayon Payvar que va de menos a más conforme la historia va evolucionando a lo largo del día y el ocaso va ganando en belleza plástica a la achicharrada y achicharrante luz del día, en una propuesta tremendamente minimalista y simbólica de principio a fin.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow