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España España · Abroad (de momento)
Voto de Shinboneniná:
7
Intriga. Drama José Sirgado (Eusebio Poncela) es un director de serie B en plena crisis creativa y personal, incapaz de romper con su expareja (Cecilia Roth). Inmerso en una espiral de autodestrucción, y con las drogas como acicate, José recibe noticias de un antiguo conocido, Pedro (Will More). Se trata de un extravagante joven que graba en Super 8 y cuya obsesión por controlar el ritmo de sus películas lo lleva descubrir el fotograma rojo. El ... [+]
17 de abril de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraña y un tanto incomprensible obra construida como “cine dentro del cine”. Su planteamiento es obsesivo, en el que la cámara asume un papel de vampiro que fagocita a aquellas criaturas que se colocan ante su objetivo. Dentro de un tono bastante grave e incluso filosófico, sorprende la imbricación de personajes casi surrealistas, como el de Marta Fernández Muro o su tía, con sus absurdos comentarios sobre el cine. Parece que también ella tiene la percepción alterada. Algunos se han referido a esta obra de Zulueta como nihilista, porque rechaza los valores tradicionales de un modo radical. Otros hablan de película deconstructivista por su ataque descarado a los mecanismos de la razón y a la lógica cinematográfica. Si asumimos que la esencia del deconstructivismo es la demostración de que un texto puede tener múltiples significados, tal apreciación parece pertinente. En sentido estricto, hay tantas interpretaciones como espectadores. Los más críticos con “Arrebato” alegan que se trata de un ejercicio vacío con ínfulas de intelectualismo, que maneja de manera más o menos hábil el lenguaje audiovisual. Lo cierto es que, en la obra de Zulueta, como en la sociedad moderna, el mundo de las imágenes compite con la realidad, a veces sobreponiéndose a ella. Lo audiovisual nos acompaña desde la cuna y modela nuestra percepción. Por eso somos hoy más fácilmente manipulables que en épocas anteriores, y de ahí la fascinación que ejerció el cine en su momento, proceso encarnado por los personajes de More y Poncela hasta las últimas consecuencias. En verdad, la película supone un momentáneo arrebato para la razón en el cual la esencia es la apariencia, y los límites entre la realidad y la ficción acaban, literalmente, entremezclándose. Aquí podríamos volver a enlazar con el nihilismo, uno de cuyos principios es la imposibilidad de conocer la realidad, así como de distinguir entre el bien y el mal. De ahí la exaltación que se hace en el filme del hedonismo. La consecuencia de esta postura es la desvalorización de todo, la búsqueda de las experiencias límite: erotismo, drogas, suicidio. Sólo así se entiende que la vida se equipare a un simple fotograma. Sin embargo, la película no aparece como completamente amoral, porque en realidad la práctica del vicio es lo que esclaviza, como se sugiere en varias ocasiones. Por este motivo, tampoco faltan los que ven en esta obra una parábola de la adicción. Como dice el personaje de Will More, “…con cualquier cosa me agarraba un éxtasis (…) a lo tonto, a lo tonto, me vi absorbido por mil chorradas".
Shinboneniná
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