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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
5
Fantástico. Drama. Romance Tina es una agente de aduanas reconocida por su eficiencia y por su extraordinario olfato. Da la impresión de poder oler la culpabilidad de un individuo. Pero cuando Vore, un hombre aparentemente sospechoso, pasa junto a ella, sus habilidades se ponen a prueba por primera vez. Tina sabe que Vore oculta algo, pero no logra identificar qué es. (FILMAFFINITY)
27 de noviembre de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a decir una de esas cosas que me puedo permitir desde mi desconocimiento cinematográfico: los suecos son los nuevos reyes de la ciencia ficción. O, mejor dicho, son los reyes de esa nueva ciencia ficción cotidiana en la que lo paranormal salta donde menos te lo esperas, ya sea en una reponedora de Carrefour que realmente es una vampiresa o en el vecino rancio del quinto que tiene poderes telequinéticos. Generalmente son historias que empiezan como un telefilm de Antena 3 los sábados por la tarde, con algún drama personal o alguien con discapacidad que hace pensar que la película va a discurrir por los cauces de la superación personal, la visibilización de un colectivo o una lección de humanidad y que terminan dando sin empacho ni complejo una pirueta hacia lo sobrenatural. Como español acostumbrado al cine nacional de comedia ligera, guerra civil y, últimamente, thriller autonómico o cine comercial extranjero la propuesta escandinava me parece chocante, pero también interesante.

Por lo menos hasta cierto punto. Me gusta el atrevimiento de concebir una historia por atípica que sea y desarrollarla con total libertad, al margen de clichés o de que pueda gustar más o menos a crítica y público. Y cuando digo ‘atípica’, me quedo con las ganas de decir ‘rara’. Porque “Border” es rara de cojones, una película capaz de hacer ver a David Lynch como un director comercial y a Terence Mallick como un especialista del cine de acción. Una película plagada de silencios, largos planos en bosques y esporádicos diálogos forzados, totalmente arrítmica y anticlimática, pero con unas sorpresas tan eficaces que no se ven venir por muchas pistas que nos va dando. Y es que, por un lado, “Border” nos va dando señales de que hay algo raro en la película más allá de lo evidente y, por otro, juega a engañar a nuestra mente ofreciendo posibles explicaciones que ayuden a encajar esos indicios en la realidad que conocemos, aunque cada vez con más dificultad, hasta que llega la gran revelación, todo cobra sentido y el talento en el desarrollo de la idea aflora en todo su esplendor.

Con una gran fotografía y un extraordinario maquillaje, “Border” destaca en todas las categorías técnicas y enamoró a la crítica por sus continuas reflexiones sobre conceptos como el yo, el individuo, el colectivo y el arraigo. Como espectador, en cambio, me pareció un poco pesada. Bien hecha e inteligente, pero con tendencia al efectismo, al morbo y a exhibir su gran giro, la gran sorpresa, como un fin en sí mismo y no como un medio para realzar una trama mucho menos cerrada y con más cabos sueltos de lo que cabría esperar (en dos horas de película y a ese ritmo, había tiempo y metraje de sobra para dar más consistencia a los aspectos marginales de la historia).

Releo la crítica y me parece algo desangelada, pero es lo que pasa cuando tienes que hablar sobre una película sobre la que no puedes dar el más mínimo detalle sobre la trama y todo hay que expresarlo en base a subterfugios. Yo no creo que “Border” sea la maravilla que he leído que todos creen que es, pero sí merece la pena armarse de paciencia, verla sin miedo, dejarse sorprender y descubrir que las cosas pueden no ser siempre lo que parecen.
OsitoF
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