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Voto de OsitoF:
3

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3
6.4
28,486
Thriller. Terror
Unos jóvenes ladrones creen haber encontrado la oportunidad de cometer el robo perfecto. Su objetivo será un ciego solitario, poseedor de miles de dólares ocultos. Pero tan pronto como entran en su casa serán conscientes de su error, pues se encontrarán atrapados y luchando por sobrevivir contra un psicópata con sus propios y temibles secretos. (FILMAFFINITY)
28 de enero de 2022
28 de enero de 2022
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Su planteamiento no es malo: unos chavales intentan atracar en su propia casa al hombre equivocado y pasan de agresores a pelear por su supervivencia. Si bien no es particularmente original (en el fondo es, sencillamente, otra forma de llegar al escenario habitual de adolescentes atrapados en la casa encantada), sí se agradece el esfuerzo por tratar de revestir con un aire de novedad lo que en el fondo no deja de ser lo mismo de siempre. Y la escenografía tampoco es mala, la película sabe usar con habilidad la oscuridad y los silencios para llevar la inquietud al cuerpo del espectador sin trucos baratos como tenerle a ciegas o causar sobresaltos con los manidos golpes de sonido.
En el fondo se puede decir que su director y co-guionista, Fede Alvarez, ha reunido todos los materiales necesarios para una buena película, pero a la hora de la verdad no sabe qué hacer con ellos. Concretamente, no sabe cómo hacer que su propio guion desarrolle la película de acuerdo a sus intereses. Está claro que “No respires” está planteada en términos de una lucha a muerte entre un depredador y sus víctimas, donde los roles de buenos y malo están claramente pre-asignados en una película que, de entrada, no da libertad al espectador para posicionarse. Una especie de «si eres normal, tienes que empatizar con tales personajes» que no va de la mano de una trama cuya evolución, en sus inicios, no conduce a sacar necesariamente esas conclusiones. En mi caso, esa prepotencia de dar por hecho que el espectador debe asumir que está bien okupar un inmueble si el dueño no vive en él o aligerarle su patrimonio si tiene mucho dinero, provocó que me identificase más con el depredador que con las supuestas víctimas.
Y no creo que haya sido el único. A mitad de película, el guion parece darse cuenta y proporciona algunas pistas sobre la personalidad del supuesto villano con un sesgo tan absolutamente buenista («el perdón es bueno, la venganza es mala; matar mal, ayudar al prójimo bien») y tanta torpeza que, nuevamente, no veo motivo para no mantener las simpatías del lado del malvado. Y no es que eso sea necesariamente negativo. Hay películas que saben jugar con personajes complejos que recogen simpatías de diferentes perfiles de espectador y fomentan un agradable debate postpelícula sobre si fulanito llevaba o no razón. Pero no es ese el caso de “No respires”, que toma partido abiertamente por un personaje que obviamente es un trasunto del director y hace todo lo posible por llamar psicópata a quien no piense como él y no se ponga de su parte.
Con todo, aunque toda esa manipulación se me hacía un poco de bola, una realización razonablemente correcta y unas secuencias de acontecimientos moderadamente creíbles me mantuvieron enganchado a la película hasta un tramo final absolutamente delirante, de los que toman el pelo al espectador con estereotipos que retuercen los hechos hasta el límite de la seriedad de una manera que sonrojaría a muchas películas de terror adolescentes. ¿El final de “Scream”? Costumbrista al lado de esto. Fue una película que gustó mucho y puedo entender por qué. Si encajas en los parámetros ideológicos de Fede Álvarez, “No respires” puede ser una bandera para muchas causas. Pero si eres de los que juzgas las cosas por lo que te ponen delante, es un producto horrible de mala digestión.
En el fondo se puede decir que su director y co-guionista, Fede Alvarez, ha reunido todos los materiales necesarios para una buena película, pero a la hora de la verdad no sabe qué hacer con ellos. Concretamente, no sabe cómo hacer que su propio guion desarrolle la película de acuerdo a sus intereses. Está claro que “No respires” está planteada en términos de una lucha a muerte entre un depredador y sus víctimas, donde los roles de buenos y malo están claramente pre-asignados en una película que, de entrada, no da libertad al espectador para posicionarse. Una especie de «si eres normal, tienes que empatizar con tales personajes» que no va de la mano de una trama cuya evolución, en sus inicios, no conduce a sacar necesariamente esas conclusiones. En mi caso, esa prepotencia de dar por hecho que el espectador debe asumir que está bien okupar un inmueble si el dueño no vive en él o aligerarle su patrimonio si tiene mucho dinero, provocó que me identificase más con el depredador que con las supuestas víctimas.
Y no creo que haya sido el único. A mitad de película, el guion parece darse cuenta y proporciona algunas pistas sobre la personalidad del supuesto villano con un sesgo tan absolutamente buenista («el perdón es bueno, la venganza es mala; matar mal, ayudar al prójimo bien») y tanta torpeza que, nuevamente, no veo motivo para no mantener las simpatías del lado del malvado. Y no es que eso sea necesariamente negativo. Hay películas que saben jugar con personajes complejos que recogen simpatías de diferentes perfiles de espectador y fomentan un agradable debate postpelícula sobre si fulanito llevaba o no razón. Pero no es ese el caso de “No respires”, que toma partido abiertamente por un personaje que obviamente es un trasunto del director y hace todo lo posible por llamar psicópata a quien no piense como él y no se ponga de su parte.
Con todo, aunque toda esa manipulación se me hacía un poco de bola, una realización razonablemente correcta y unas secuencias de acontecimientos moderadamente creíbles me mantuvieron enganchado a la película hasta un tramo final absolutamente delirante, de los que toman el pelo al espectador con estereotipos que retuercen los hechos hasta el límite de la seriedad de una manera que sonrojaría a muchas películas de terror adolescentes. ¿El final de “Scream”? Costumbrista al lado de esto. Fue una película que gustó mucho y puedo entender por qué. Si encajas en los parámetros ideológicos de Fede Álvarez, “No respires” puede ser una bandera para muchas causas. Pero si eres de los que juzgas las cosas por lo que te ponen delante, es un producto horrible de mala digestión.