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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
3
Romance. Drama Basada en una popular novela de Alessandro Baricco. Hervé Joncour (Michael Pitt), un mercader francés del siglo XIX que se dedica al comercio de la seda, está casado con Helene (Keira Knightley). En uno de sus viajes al Japón mantiene un romance clandestino y prohibido con una misteriosa y sensual mujer. (FILMAFFINITY)
24 de junio de 2009
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno de los actores más aburridos que recuerdo protagoniza una película al lado de una de las actrices más gélidas (sí, muy guapa y todo eso, pero más fría que un pingüino) y se pasa media película en interminables y silenciosos viajes por medio mundo hasta un recóndito pueblucho de Japón (un país y unos habitantes que no se caracterizan precisamente por ser las almas de las fiestas) el resultado no podía ser otro que un bostezo. Un laaaargo y perezooooso bostezo ante una película absoultamente sin alma, sin chispa y, desgraciadamente, sin más interés que ver un poco de las tetas de Keira Knightley.

"Seda" es, en términos cinematográficos, el equivalente aburrido a la música de Kenny G. Vale, no, estoy exagerando, tampoco es para tanto... sería más como la música genérica ambiental de los ascensores... una forma de que haya ruido en casa cuando estamos solos en casa dedicados a otras cosas. Después de casi dos eternas horas, el tedio es sustituido por la indignación cuando el desenlace revela que no había otra razón para todo lo que ha ocurrido en la película que intentrar sorprender y emocionar con un poético final.

Un desenlace poético, pero tan lento y coñazo como el resto de la película que no compensa el esfuerzo de aguantar dos horas para eso. En el lado positivo, la factura es impecable, con una fotografía preciosa pero al servicio de la más total y absolta carencia de entretenimiento: largos planos sin conversación de la estepa, del desierto, del océano... silenciosas mansiones victorianas donde nadie habla con nadie, preciosos jardines en los que nadie dice nada para no estropear el momento... bares de pueblo enormemente animados en los que sólo se oye alguna palabra de vez en cuando.

Ideal para conciliar el sueño una tarde de verano, seguramente sea una joya artística. Perfecto, no lo discuto, pero que la vea quien le guste... lo que es yo, a mí no vuelve a engañarme con ese cartel de relumbrón y esa estética de época.
OsitoF
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