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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
6
Drama. Aventuras Basada en la historia real de Aron Ralston, un intrépido montañero y escalador norteamericano que se hizo famoso porque en mayo de 2003, durante una escalada por los nada transitados cañones de Utah, sufrió una caída y quedó atrapado dentro de una profunda grieta. Tras varios días inmovilizado e incapaz de encontrar una solución alternativa, tuvo que tomar una dramática decisión. (FILMAFFINITY)
2 de mayo de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre me han tocado un poco las narices las típicas historias sobre excursionistas imprudentes que terminan teniendo que ser rescatados por los bomberos con toda la parafernalia de helicópteros, perros y media división de montaña de la Guardia Civil. Puedo entender, haciendo un esfuerzo, que un lerdo se vaya solo a la sierra a la seis de la tarde con un bocata, camiseta de manga corta y un botellín de agua, se le haga de noche y las termine pasando canutas (generalmente la cosa se salda con dos collejas, la factura del rescate y una lección aprendida)... pero lo que me toca de verdad la fibra es la gente que busca problemas donde no los hay y se empeña en colgarse, descolgarse o perderse en el culo del mundo donde a nadie se le ha perdido nada. Vale que muchas veces está el drama humano de vidas perdidas… pero ¿y todos los recursos movilizados? ¿y todas las urgencias que se han dejado de atender? ¿y las vidas de los bomberos y policías que se ponen en peligro para rescatar a esos cabezas locas? Lo siento, pero que no esperen mucha simpatía por mi parte.

“127 horas” narra la historia de un miembro del segundo grupo, un culo inquieto experto y adicto a la adrenalina que no puede quedarse tranquilamente en casa un sábado viendo una serie o irse al cine con los amigos. No, por Dios, que burgués y urbanita: mucho mejor hacerse tropecientos mil kilómetros para jugarse la vida haciendo el mono en un sitio dejado de la mano de Dios (ehhh… ¿lo pillais?... jaja… vaya juego de palabras ¿eh?... cómo soy…), que es lo que mola en los anuncios de Acuarius o Tommy Hillfiger. Como ya todos sabéis, el moñas sufre un accidente y se queda atrapado en una grieta; y como también todos sabéis, se trata de una autobiografía, por lo que está claro que el chico ha terminado saliendo y el mayor interés que tiene la película es el cómo lo ha logrado.

Para mí, la película parte de los dos serios inconvenientes que ya he avanzado: el personaje no me inspira la menor simpatía (ojo, el personaje, no James Franco que hace un papel bastante bueno, rozando creo yo sus límites interpretativos) y que el interés por saber cómo saldrá el chico del atolladero se come todos los esfuerzos de Danny Boyle por meternos en los fantasmas y tragedias interiores de un hombre que se siente condenado a una muerte lenta y dolorosa, de las peores muertes que uno puede considerar. Saber cómo acabará la cosa, impide que prospere el deseable clima de tensión de estas películas.

Sorprendentemente, para tratarse de una película que nos quiere meter durante hora y media en la piel de un condenado a muerte que no se puede mover del sitio (impresionante ejercicio de guión y desafío de dirección), la película es ágil en cuanto a ritmo (nos mete y nos saca de la realidad; nos mezcla pasado, presente y futuro; nos mete sin aviso en alucinaciones sin notarse los saltos espacio-temporales) y estética: ingeniosos juegos de cámara, grandiosa fotografía, ningún reparo a usar la pantalla partida, elegante empleo del shaky-cam… todo con un uso siempre justificado, lo que en otras películas y directores son efectismos gratuitos para camuflar historias vacías, en Danny Boyle y “127 horas” son un medio para contar lo que se quiere contar.

Buena película, aunque no muy agradable. Debería ser obligatoria su exhibición para aspirantes a excursionistas domingueros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
OsitoF
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