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7.2
168,294
Ciencia ficción. Aventuras. Bélico. Acción. Fantástico. Romance
Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington), un ex-marine condenado a vivir en una silla de ruedas, sigue siendo, a pesar de ello, un auténtico guerrero. Precisamente por ello ha sido designado para ir a Pandora, donde algunas empresas están extrayendo un mineral extraño que podría resolver la crisis energética de la Tierra. Para contrarrestar la toxicidad de la atmósfera de Pandora, se ha creado el programa Avatar, gracias al cual los seres ... [+]
12 de septiembre de 2024
12 de septiembre de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aún recuerdo como si fuese hoy haber ido a ver “Avatar” al Palacio de Hielo y salir impactado con la abrumante sensación de haber viajado a un mundo extraterrestre y haber estado en él. Me acuerdo de haber dicho que era la primera vez que veía una integración de actores reales y efectos especiales que me pareciese realista y que no creía que fuesen a ser superados en los siguientes veinte años. También recuerdo haber dicho que me extrañaría mucho que “Avatar” fuese a envejecer mal. Por una vez, creo que acerté en casi todo. Se le pueden poner bastantes peros a la película, pero es incuestionable que supuso una revolución en el cine de aventuras y entretenimiento con una saturación de efectos especiales de altísima calidad que, unidos a su espectacular arte conceptual, hacen que sea una película que se puede ver hoy mismo sin percibir que se le vean las costuras o que el CGI actual esté muy por encima (más bien al contrario).
No creo que, a estas alturas, merezca mucho la pena extendernos en lo obvio pero estaremos todos de acuerdo en que el resultado artístico es tan espectacular que compensa todo lo que se le quiera echar en cara. Sí, su argumento central no deja de ser en gran medida un “Bailando con lobos” espacial. Sí, el conjunto rezuma mensajes llenos de ecologismo new age, con mucho dogmatismo («hombre ser malo, naturaleza ser buena»). Sí, hay muchos tópicos y situaciones en las que es mejor no profundizar. Pero el conjunto es tan inmersivo (en 2D, 3D o 4D) que “Avatar” está por encima de esas nimiedades. Sí, Cameron sabe rodar batallas espectaculares que no tienen demasiado sentido táctico. Sí, tampoco tiene el valor de matar a personajes queridos aunque eso suponga resoluciones de conflictos inverosímiles. Sí, elegir Pandora como escenario no fue la decisión más inteligente. Pero de todo ello hablaremos largo y tendido en “Avatar 2: el sentido del agua” que, con los mismos defectos y virtudes pero sin la coartada de la novedad, no deja las mismas sensaciones.
Pero no adelantemos acontecimientos. Hoy simplemente toca hablar de experiencias nunca vistas, de desarrollo de nuevas técnicas de rodaje, de excelencia artística y, sobre todo, del talento para lograr hacer una película de tres horas que te deja con gana de más y en la que el uso masivo de CGI no convierte la cinta en una secuencia cinemática de fin de fase de un videojuego de PS4. Puede no ser una obra maestra (yo creo que sí, cuando menos a su manera) pero se merece la máxima puntuación.
No creo que, a estas alturas, merezca mucho la pena extendernos en lo obvio pero estaremos todos de acuerdo en que el resultado artístico es tan espectacular que compensa todo lo que se le quiera echar en cara. Sí, su argumento central no deja de ser en gran medida un “Bailando con lobos” espacial. Sí, el conjunto rezuma mensajes llenos de ecologismo new age, con mucho dogmatismo («hombre ser malo, naturaleza ser buena»). Sí, hay muchos tópicos y situaciones en las que es mejor no profundizar. Pero el conjunto es tan inmersivo (en 2D, 3D o 4D) que “Avatar” está por encima de esas nimiedades. Sí, Cameron sabe rodar batallas espectaculares que no tienen demasiado sentido táctico. Sí, tampoco tiene el valor de matar a personajes queridos aunque eso suponga resoluciones de conflictos inverosímiles. Sí, elegir Pandora como escenario no fue la decisión más inteligente. Pero de todo ello hablaremos largo y tendido en “Avatar 2: el sentido del agua” que, con los mismos defectos y virtudes pero sin la coartada de la novedad, no deja las mismas sensaciones.
Pero no adelantemos acontecimientos. Hoy simplemente toca hablar de experiencias nunca vistas, de desarrollo de nuevas técnicas de rodaje, de excelencia artística y, sobre todo, del talento para lograr hacer una película de tres horas que te deja con gana de más y en la que el uso masivo de CGI no convierte la cinta en una secuencia cinemática de fin de fase de un videojuego de PS4. Puede no ser una obra maestra (yo creo que sí, cuando menos a su manera) pero se merece la máxima puntuación.