Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de OsitoF:
8
Thriller. Acción. Comedia Un veterano agente secreto inglés (Colin Firth) debe entrenar a un joven sin refinar (Taron Egerton), pero que promete convertirse en un competitivo agente gracias a un ultra-programa de entrenamiento, al mismo tiempo que una amenaza global emerge procedente de un genio retorcido. Adaptación del cómic de Mark Millar y Dave Gibbons. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo creo que hay una fantasía infantil universal que todos hemos tenido en algún momento cuando éramos chavales: la de ser superagentes supersecretos con una doble vida, en la que ir al cole es simplemente una tapadera. Por supuesto, hay toda clase de variaciones sobre la idea central, con algunos imaginando ser hijos o parientes de espías que heredan el negocio familiar mientras que otros serían reclutados con discreción por el gobierno sin que en casa supiesen nada, lo típico que por la mañana salvas al mundo de alguna conspiración aprovechando el recreo, resuelves un par de crímenes en el descanso entre Naturales y Religión y te da tiempo a llegar a casa para sentarte a la mesa y comer las croquetas de la abuela.

“Kingsman: Servicio secreto” es una de las muchas películas que han llevado a la pantalla esa clase de ficciones, pero es de las pocas que he empezado -que mole fantasear con aventuras no signifique que me interese ver cómo otro las vive-, de las escasas que he pasado del minuto quince y la única, sí la ÚNICA que creo que merece la pena. De hecho, me ha parecido una muy buena película o, por lo menos, enormenente entretenida y divertida. El punto más espinoso es el de argumentar que un chaval de instituto termine al servicio de Su Majestad y lo resuelve con bastante solvencia, primero creando una coherente estructura para la misterosa organización de agentes de élite que dan nombre a la película, los Kingsman, y luego pasando por las distintas etapas de la hoja de ruta habitual de este género. Está la fase del mentorizaje, a cargo de un sembradísimo Collin Firth; la de la puesta de largo con el siempre grande Michael Caine; la adaptación al equipamiento high-tech con Mark Strong; el encontronazo con el villano… y hasta se atreve a no dejar de lado la parte amorosa con una osadísimo planteamiento habida cuenta de la edad del protagonista.

El ritmo es el preciso para que nos adaptemos al protagonista y su universo poco a poco, sin las típicas prisas que suelen hacer que los chavales de otras producciones similares nos terminasen resultando odiosos. Ahí la película es inteligente y tiene a Taron Egerton casi continuamente a la sombra de los mayores, al principio como simple espectador, luego como relleno y no es sino poco a poco y al final cuando adquiere algo de protagonismo. La ejecución es sobresaliente a todos los niveles. Las coreografías en las escenas de acción son de primera categoría, algunas incluso dignas de ser recordadas, lo que me lleva a otro tema espinoso, el de la siempre peligrosa mezcla de acción y comedia. Nuevamente, “Kingsman: Servicio secreto” logra un gran equilibrio entre una acción honesta con tramas bastante serias (con las esperables y oportunas licencias, claro) y un tono desenfadado capaz de integrarse como parte de la trama o de los diálogos sin bajar el nivel, caricaturizar la historia o ridiculizar la acción. Aquí hay que mencionar el gran papel de Samuel L. Jackson como un villano estrafalario y gamberro con un plan maestro digno de las mejores películas de James Bond, un personaje que compartimenta maldad y cachondeo ofreciendo al espectador lo mejor de ambos conceptos.

Plagada de sorpresas y giros, “Kingsman: Servicio Secreto”, mantiene un ritmo constante y elevado todo el metraje y logra incrementarlo en los momentos climáticos. Juega a aparentar que va a caer continuamente en los topicazos del género, pero los esquiva siempre en el último momento y sale por un camino insospechado. Gratamente insospechado, me atrevería a decir, porque el resultado termina siendo no una película para chavales sino una película en la que parte del protagonismo cae en un chaval. Muy buena película, con mucho estilo y muy agradable de ver, un ocho y medio con ganas de ponerle un nueve.
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow