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Voto de OsitoF:
7

Voto de OsitoF:
7
7.0
30,091
19 de noviembre de 2023
19 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Igual ya estaba claro pero no pasa nada por repetirlo clara y abiertamente: no entiendo de cine. Con el tiempo he adquirido algunos conceptos elementales pero, para mí, las películas buenas son aquellas con las que paso un buen rato y las películas malas, las que no. Soy más de forma (efectos especiales, acción…) que de fondo (intensidad interpretativa, metáforas vitales…), más de amplitud (epopeyas históricas, viajes espaciales) que de intimismo. Por eso, para mí, la parte interpretativa, aun siendo obviamente importante, no es más que un mecanismo para contar la historia; un instrumento para que el personaje, que es lo que en realidad me importa, tenga el impacto que debe tener. Sí, en resumen, me interesan más los personajes que los actores.
“Truman” es una excepción en la que su pareja de actores protagonista y sus interpretaciones, me han interesado más que unos personajes que, a decir verdad, me simpatizan bastante poco. Javier Cámara y Ricardo Darín han logrado lo que pocos y me han integrado en una película que, a todas luces, no es de mi estilo. Una película que, para ser sinceros, ni me interesa ni me creo demasiado, un reencuentro de amigos de infancia que discurre por unos cauces demasiado artísticos y literarios, plagados de conflictos artificiosos plantados sin mucho disimulo para forzar emociones delante y detrás de la pantalla. Hasta usan a un pobre perro de rehén emocional (a quién no se le encoge el corazón cuando el destino de un perro pende de un hilo).
Pero es lo que tienen los grandes actores y ambos lo son. Creo que Darín más que Cámara (sabe elegir mejor los papeles y es difícil encontrarle un pufo, mientras que Cámara tiene alguna que otra extravagancia cuestionable), pero los dos dan en “Truman” una masterclass de naturalidad y asimilación de sus personajes hasta el punto de resultar muy complicado no quedarse pegado a la pantalla esperando ver el desenlace de las tramas como si se tratara de dos familiares o dos amigos tuyos. Incluso en los momentos de credibilidad más cuestionable, sigues pendiente de ver si el tema se resuelve y cómo.
“Truman” no es una película para mí, con situaciones y reflexiones que seguro que aprovecharán personas con otras sensibilidades artísticas o gente más versada en el cine en sí y en el mundo del arte en general. Pero Cámara y Darín me han hecho entender qué es la interpretación y qué es ser actor.
“Truman” es una excepción en la que su pareja de actores protagonista y sus interpretaciones, me han interesado más que unos personajes que, a decir verdad, me simpatizan bastante poco. Javier Cámara y Ricardo Darín han logrado lo que pocos y me han integrado en una película que, a todas luces, no es de mi estilo. Una película que, para ser sinceros, ni me interesa ni me creo demasiado, un reencuentro de amigos de infancia que discurre por unos cauces demasiado artísticos y literarios, plagados de conflictos artificiosos plantados sin mucho disimulo para forzar emociones delante y detrás de la pantalla. Hasta usan a un pobre perro de rehén emocional (a quién no se le encoge el corazón cuando el destino de un perro pende de un hilo).
Pero es lo que tienen los grandes actores y ambos lo son. Creo que Darín más que Cámara (sabe elegir mejor los papeles y es difícil encontrarle un pufo, mientras que Cámara tiene alguna que otra extravagancia cuestionable), pero los dos dan en “Truman” una masterclass de naturalidad y asimilación de sus personajes hasta el punto de resultar muy complicado no quedarse pegado a la pantalla esperando ver el desenlace de las tramas como si se tratara de dos familiares o dos amigos tuyos. Incluso en los momentos de credibilidad más cuestionable, sigues pendiente de ver si el tema se resuelve y cómo.
“Truman” no es una película para mí, con situaciones y reflexiones que seguro que aprovecharán personas con otras sensibilidades artísticas o gente más versada en el cine en sí y en el mundo del arte en general. Pero Cámara y Darín me han hecho entender qué es la interpretación y qué es ser actor.