Uno esta sentado en la butaca y recibe tremenda bofetada, y cuando te preguntas de dónde te ha venido, recibes otra más fuerte si cabe. Una reflexión sobre la condición humana, sobre la desmesura. Después de verla uno quiere ser un animal de sangre fia, o mejor aún, una piedra para no tener hormonas que le recorran la sangre.
Von Trier se lo carga todo, ni Atila le llega a la suela de los zapatos. Y pasan los dias y uno continua en estado de shock, y todo se ve claro, y todo se entiende; y llega la desolación, porque te das cuenta que no hay esperanza.
Magna, excelsa.
En definitiva un alegato contra la pena de muerte, contra la venganza.
Apuntar la buena elección de young americans de Bowie para los títulos de crédito.