Rian Johnson ha logrado hacer una gran película de Star Wars. Ha traído de vuelta la aventura galáctica, pues Star Wars no solo es peleas de blasters y/o espadas láser, es la aventura, ver nuevas especies del extenso universo, nuevos planetas, nuevas razas, etc. al menos es lo que yo pienso. Esto no quiere decir que la película no tenga tensión, todo lo contrario, de hecho, para mí es una película muy intensa, que desde poco antes de la primera hora ya te tiene sobrecogido y no para, llegando por momentos a temer por la vida de algunos personajes.
Se le achaca a Star Wars de exceder los chistes/bromas, pero hay una dosis normal, conté mas en el episodio VII que en este.

Los personajes siguen con su trama personal, buscando su sitio en esta batalla que se libra entre el bien y el mal, el lado oscuro y la luz, como en todas las películas de la saga. Adam Driver y Daisy Ridley están sobresalientes en sus papeles, demostrando que han hecho suyos los personajes.

Para las personas aferradas a la saga clásica, ver algo que se salga del guión de lo que conocen es sacarlos de su zona de confort, donde si haces algo nuevo está mal porque Star Wars no es así, pero si haces algo visto en otro episodio, es hacer una copia. ¿En qué quedamos? Las comparaciones son muy malas, todos deberíamos ver las películas sin entrar pensando que va a ser mala porque las otras son únicas, pues, señores, todas las películas de Star Wars son únicas, y ojalá siga habiendo más, todavía queda mucho por saber de un universo tan grande como lo es de La Guerra de las Galaxias.