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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Comedia. Drama Tres jóvenes amigos, Joe (Nick Robinson), Patrick (Gabriel Basso) y el excéntrico Biaggio (Moises Arias), hartos de la sobreprotección de sus padres, deciden independizarse y empezar una vida salvaje sin adultos al margen de la sociedad. Deciden vivir en una cabaña perdida en el bosque, según sus normas, acorde con sus principios y en plena libertad. (FILMAFFINITY)
3 de marzo de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quién más, quién menos, ha tenido su rebelión adolescente.
Un sentimiento inevitable, casi incomprensible por lo que implica, difícilmente por la corta edad de quien lo pasa. Una larga borrachera, cuya resaca es la madurez.
Por mucho que el cine haya intentado capitalizarlo, sus misterio siempre será inalterable, cuando se sabe capturar bien.

'Los Reyes del Verano', como digna sucesora del género, habla en principio en los mismos términos, muchas veces vistos.
Sin embargo, sube un grado de las frustraciones habituales: la vida del protagonista Joe es menos soportable de lo que parece, su padre está más molesto con su actitud de lo necesario y el instituto no le trae demasiadas alegrías. En el espacio de un día, se dibuja una rutina plomiza, marcada por la decepción constante, propia y ajena.
Pero en la tranquilidad de su pensamiento no existe esa rutina. En sus sueños despierto solo hay un prado bañado por el sol donde le espera su amada amiga Kelly; el adecuado paraíso balsámico de sus deseos adolescentes.

Por eso, en cuanto surge la oportunidad de recrear ese espacio, no extraña que se lance a la aventura de hacerlo.
Junto con su fiel amigo Patrick y el extraño Biaggio, construyen una casa en el bosque, con sus propias manos, cimentada en la sensación de libertad que da el saberse dueño del propio destino. Allí no hay profesores exigentes o padres intolerantes, no se llega tarde a una madurez impuesta por otros.
La vida es como ellos necesitaban que fuera, como siempre debería ser. Siendo reyes y no eternos gobernados.

Aunque hablaba antes de rebelión adolescente: algo que no puede existir sin que los problemas, de vez en cuando, sean más grandes de lo que los tres chicos son capaces de asimilar.
Compartir el secreto de la casa en el bosque con Kelly es el principio del paraíso perdido, y una madrugada en blanco, esperando un sueño que nunca será, es el primer bocado de realidad para Joe. La primera cosa que su reino impoluto no puede solucionar.
A veces es así, a veces la vida no da lo que esperamos por mucho que lo deseemos, y uno puede ver pasar los años oprimido por esa sensación, como le sucede al padre de Joe.

No hay moraleja, no hay soluciones mágicas, no hay palabras sencillas a la hora de pedir perdón a un amigo, o a un hijo.
Pero ese verano en la naturaleza, aprendiendo a vivir según las propias normas, bien podría ser una orgullosa resistencia a todo eso, donde las cosas eran más fáciles de que suelen ser.
Mejor recordar esa casa entre los árboles. Mejor atesorar ese recuerdo de aventuras, amistad y orgullo propio.
Son refugios como esos los que sobreviven al tiempo. Y si sobreviven al tiempo, a qué no podrán sobrevivir.
Charles
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