La técnica que depura Pálfi no pretende quedarse en la piel de sus personajes, sin embargo no parece llegar mucho más allá. La comedia hace de su tríada de historias una caricatura de cada descripción. La estereotipada consecución de groserías crean atmósferas putrefactas y escenas dignas de vomitona.

No la recomendaría ni a los amantes de las brutas "Short Bus" e "Irreversible", ni a los perversos de "Ken Park" o "Los idiotas", porque las mencionadas cintas poseen una belleza asequible que no se perfila en Taxideermia.

Es hora y media oscura, sucia y que sólo refleja la superficie de una intención que sólo al final parecemos intuir. Pero no traspasa la piel.