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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
7
Comedia Un infeliz gendarme, fiel cumplidor de su trabajo, se enamora perdidamente de una prostituta a la que detiene en una redada. Por ella dejará su trabajo, se enfrentará al chulo que la explota y, gracias a un golpe de suerte, se convertirá en el nuevo matón del pintoresco barrio de "Les Halles", el mercado de abastos de París. A partir de ese momento, aunque con ciertos escrúpulos, vive de la chica, que lo considera su nuevo protector, y ... [+]
1 de octubre de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Billy Wilder nos lleva de la mano por las callejuelas de Paris, principalmente con nocturnidad, y coloca las situaciones clave de la vida de la pareja protagonista en un ático ínfimo, la entrada de un hotelillo, el bar con el camarero más entrañable, y una comisaría de policía. A menudo Wilder llegó a frivolizar demasiado respecto a ciertos temas, tocándolos con la barita mágica de su humor bienintencionado y obteniendo resultados diversos. Con "Irma la dulce" se va a los bajos fondos de París, un tema que expuesto a la manera italiana de aquellos años, por decir algo, hubiera dado resultados radicalmente opuestos. La realidad estaba ahí, como lo está delante de nuestras narices ahora, si Wilder prefería (casi) siempre verlo a su manera y enseñárnosla con humor y pretendiendo hacernos reír a los espectadores, la verdad, no hay nada malo en esas intenciones. Es más, incluso puedo llegar a confesar que prefiero ver la prostitución, los proxenetas, las mafias y toda la miseria que rodeaba y rodea a los barrios chungos de París de esta manera, enfocada de manera irreal, cómica, sana y entretenida.

El trasfondo de Wilder en esta película no podía ser mejor, ahora bien, yendo a la misma película, a la historia de Lemmon y la bella MacLaine, lo que sería nuestra clara de noche, encuentro que le sobran un par de giros y que no sé cómo, pero de haber cortado la película, digamos que quitándole una media horita, el resultado hubiera sido más digestivo. Encuentro que hay cierta redundancia y que por poner unos chistes de más finalmente Wilder realiza una composición que peca de excesos.

Me voy a Lemmon y sólo veo un pedazo de actor, para algunos sus muecas son repetitivas y su sobreactuación está muy vista... Para mí es un pedazo de actor. Me quedo sin embargo, señalando ahora lo mejor de lo mejor, con el bigotito del jefe del bar, su sifón siempre a punto y su "...pero esa es otra historia..." Los gags de la policía son flojos, no siempre se puede estar a la altura, como el exchulo de Irma, un poco lamentable... Pero claro, es París, con todos los respetos al resto de ciudades mundiales, pero Paris está por encima y Wilder hizo bien en situar su historia ahí, puede que de otra manera el resultado hubiera sido otro...
Luisito
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