De los numerosos casos en los que el cine se va para atrás en el tiempo para mostrarnos el fascinante encuentro en un mismo espacio de seres humanos de distintas épocas, creo que "Eclipse en el tiempo" está muy bien posicionada en el ranking de las más originales. No me extraña que sea tan poco conocida más allá de Japón, su creatividad nos ha superado siempre, sin que nos demos cuenta, de manera que los teóricos grandes genios occidentales, cuando creen que llegan a un sitio nuevo, se dan cuenta que los japoneses llegaron antes. A finales de los setenta ellos ya eran capaces de mezclar su histórica época feudal con un batallón muy completo del ejército contemporáneo.

Katanas contra metralletas, caballos contra tanques, incluso barcos y un helicóptero se enfrenta a lanzas y flechas. No importa cómo, da igual la explicación, el caso es que unos cuantos soldados caen unos cuantos siglos atrás en el tiempo, ver para creer y sin embargo se trata de una película coherente dentro de su premisa. ¿Cuántos mártires se necesitan para acabar con la resistencia de armas de fuego contemporáneas?; ¿cuántos samuráis para contener la furia y la devastación de un tanque?; no nos vayamos de la olla, no es una obra maestra y contiene un humor desfasado y fuera de lugar, además de algunas escenas con mujeres que no aportan nada: pero cuidado, son más de dos horas de espectáculo, dos horas de mucha acción, de locuras, de grandes movimientos de extras, de sangre y fuego, de muerte y locura.

A esto sí lo llamo yo fornicar con el tiempo, hay quien le echa un par y se va en un DeLorean una generación atrás, hay quien va y viene en un jacuzzi, casualidades que se cruzan ante nosotros, mientras que aquí de lo que hay ganas es de enfrentar un ejército contra otro. No desvelo grandes cuestiones de la película pero atención: la batalla final arranca a unos cuarenta y cinco minutos del final y es para no pestañear.