Podría haber sido una obra maestra pero se queda en una buena película, lo que ya es mucho teniendo en cuenta la dificultad contraída desde el comienzo. Tiene una estructura muy elaborada con demasiados cabos sueltos, con demasiadas ganas de querer contarlo todo y al mismo tiempo despertar en el espectador un deseo grande de saber más y más de personajes y situaciones históricas.

Y es comprensible: trabajar un material con tantos datos reales, imágenes de telediario de la época y manipular constantemente personajes que también han existido exigen un trabajo de enormes proporciones que, finalmente, aunque cojea artística, cinematográficamente, consigue su objetivo: dar al mundo esta información sobre hombres (también mujeres, en menor escala) valerosos que lucharon con éxito frente a un sistema que parecía mayoritariamente intolerante, ultrarreligioso en el peor sentido; un sistema incapaz de tolerar esta personalidad de extraordinario vigor del primer político homosexual norteamericano que no sólo se atreve a exhibirse, sino que lo hace disfrutando de ello y comprometiendo en su causa por los derechos civiles a otros marginados como, por ejemplo, los ancianos pobres.

Sin duda, es este un conmovedor testimonio de una época y de unos seres menospreciados que demostraron la lucidez y el coraje que sus enemigos siempre les negaron condenándose a ser comparsas de un mundo "de mariconazos dignos de ser eliminados de la faz de la tierra".

El mayor mérito es la claridad con que se muestra a Harvey Milk como un gran político, incapaz de desfallecer, siempre buscando la manera de sacar partido a cada fracaso.

Desde el primer momento la película deja claro testimonio de los hechos reales. En ellos sus actores navegan con profesionalidad y disciplina, aunque limitados férreamente al carácter real de sus personajes, de allí que todos se muestren a media asta, estereotipados, demasiado limitados "por la realidad". No obstante, el esfuerzo de Sean Penn es magistral, así como muy adecuados los tonos de James Franco, Emile Hirsch, Diego Luna y sobre todo James Brolin en el único personaje que apenas se explica, ese concejal burgués, padre de familia, víctima y verdugo de un mundo que ni él mismo comprende del todo.