Sólo a los Coen se les podía ocurrir tamaña idea y, además, desarrollarla en la nieve, el frío, con un humor negro de primera para mofarse salvajemente de la codicia.

Diferente a las otras de serie negra. No tiene el espectáculo sonadísimo de Muerte entre las flores, ni la intensidad dramática de Sangre fácil: es otra cosa, mucho más negra y a la vez más dulce, con investigación policiaca serena, medida.

Un gran hallazgo que Frances McDormand interprete a una asombrosamente sabia mujer policía de pueblo embarazadísima: ángel enamorado de implacable capacidad de justicia.

Qué reparto: William Macy es quien desencadena toda la trifulca desde unas primeras secuencias bordadas con hilo de oro. Luego están Buscemi y Peter Stormare... Pero todos, absolutamente todos, bordan esta demencial historia cotidianamente reflejada en las páginas de sucesos.