Le pongo un 8 a esta película, y me quedo con ganas de ponerle más. No porque cinematográficamente sea excelente (que no lo sé porque no entiendo como para opinar) sino porque consigue todos los objetivos de una buena película infantil. Tiene todo lo que un niño necesita para no parar de soñar con ser uno de sus protagonistas, y todo lo que un adulto necesita para recordar hasta donde le puede llevar la imaginación y lo que disfrutó de ella.
Tiene todos los ingredientes para hacerte pasar un buen rato, y salir con muy buen sabor de boca.
La recomiendo tanto para verla con tu sobrino o hijo, como para verla tú sólo. Abre tu imaginación y vuelve a la infancia por 2 horas.