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Voto de El Despotricador Cinéfilo:
6
Acción Francis Hummel pretende que se indemnice a las familias de los soldados muertos en misiones secretas. Tras robar 16 misiles equipados con gas venenoso, toma Alcatraz y amenaza con lanzarlos sobre San Francisco. Para resolver la situación, el F.B.I. envía a la isla a un especialista en armamento biológico y al único fugado de la famosa prisión. (FILMAFFINITY)
22 de junio de 2010
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La roca" es una de las películas que más me ha decepcionado (como siempre me crispa y decepciona Michael Bay). Pero en este caso dicha decepción es más triste, pues hasta cierto punto la película me estaba resultando atractiva y, lo que es más importante, me estaba entreteniendo.

"La roca" tiene un guión divertido, ocurrente, simpático y muy majo, quizás porque desde el principio no se toma en serio a sí misma y solo quiero ofrecer un entretenimiento veraniego sin grandes pretensiones, vacuo y pueril. Si además aportamos el carisma y la solvencia de actores como Nicolas Cage (en el mejor momento de su carrera, recién salido de ganar un Oscar), Ed Harris (muy convincente a pesar de lo esteriotipado de su papel) y del mítico Sean Connery, pues el cocktail es ya perfecto.

Incluso, hasta cierto punto, las escenas de acción de "La roca" son impecables y divertidas, como la ingeniosa (aunque muy inverosímil) fuga de Connery del hotel. Pero de repente todo el tono bufón desaparece, y sin darnos cuenta nos vemos enfrascados en una trepidante persecución de coches por San Francisco (¿existe alguna película que transcurra en San Francisco que no haya persecuciones de coches?) y lo que podría haber sido una correcta escena de acción se convirtió, a mi juicio, en un punto de inflexión en el film, paso de una película aceptable a… quién sabe qué.

Dicha persecución es un interminable y cansino uso (y abuso) del plano/contraplano, de fragmentar el montaje en miles de fotogramas diferentes y de otorgar tan embarullamiento mental que descoloca por completo al espectador. Por si fuera poco, además, dura muchísimo y en todo ese metraje no consigue imponer nada de ritmo acelerado y vertiginoso, que es de lo que se trataba. Y lo que es peor, a partir de ese momento la película empieza a tomarse en serio a sí misma, y el paródico y entretenido espectáculo ofrecido hasta entonces desaparece, pues pasa de tener un ritmo apropiado a una sucesión inadmisible de escenas muy apresuradas, histéricas, atropelladas, desenfrenadas, ridículas y muy histriónicas.

En momentos así siempre pienso en "Uno, dos, tres" (1961, Billy Wilder), decir a estas alturas que "Uno, dos, tres" es una de las comedias más divertidas y geniales de toda la historia del cine es innecesario, pero es que además la magistral película del Maestro Wilder demuestra lo que debe ser el ritmo en el cine. Es decir, para obtener una película rápida, dinámica, con ritmo y mucha velocidad no necesitas fragmentarla en tropecientosmil planos y abusar del montaje, es mucho más sencillo, basta con saber dirigirla.

Pero claro, no debe ser tan fácil eso de ser un buen director, pues Michael Bay (y tantos otros) se van siempre a lo facilón y a bombardear visualmente para así intentar engañar al espectador. Y, aunque sea solo cine palomitero y de escapismo para un público adolescente poco exigente, no es excusa para engañar la inteligencia de la audiencia.

www.eldespotricadorcinefilo.com
El Despotricador Cinéfilo
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