Como muchos dramas que comienzan como un juego sin decantar en las consecuencias, "La chica danesa" (2015) es la recreación de una novela de época que juega con tabúes, los prejuicios y la subjetividad del arte en la Europa de principios del siglo XX, aún marcada por los conservadores y la tibia ventana de apertura de los artistas y sus respectivas nubes.

Eddie Redmayne pone a prueba su versatilidad una vez más y en el ejercicio el resultado es discutible, mientras su coestelar, la angelical Alicia Vikander es el toque de delicadeza -y a la vez de carácter- para esta historia de provocación, ambigüedad pero también de amor y comprensión.

Puede estar ambientada hace cerca de un siglo pero la incomodidad se siente en el aire al ver el film. Ese sentimiento es quizás el que a la vez es un plus pero también una contra. Esto porque genera una emoción, una sensación extraña. Lo malo es que ello bloquea al resto de las emociones, no las deja fluir, ni a favor ni en contra de la trama y de la entrega de los intérpretes.

También consignar que dos horas bajo esta citada premisa agota un poco. A "La chica danesa" le sobran quizás veinte minutos luego de exponer bien sus puntos y bien podría haber anticipado el anunciado desenlace.

Para la evaluación, si el rol de Alicia Vikander es principal o secundario. Como sea, es ella el real timón de la película.

Recomendación:
Interesante. Un poco agotadora. Transita por senderos al límite de lo permitido pero logra zafar en gran parte por el equilibrio de Alicia Vikander.

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com