Es difícil poner en duda la calidad de "007: Spectre" (2015) como película, donde Sam Mendes nuevamente realiza un gran trabajo, no obstante, la vara dejada por "007: Skyfall" (2012) que incluso atrajo a nuevos públicos, puede dar diferentes lecturas.

Hablar del "agente doble cero" es un ejercicio donde siempre se apela a la crítica y lo subjetivo se antepone a otros análisis menos concretos. "Spectre" y "Skyfall" comparten la oscuridad y la rudeza de Craig en el protagónico, un sello nuevo que pese a los fundamentalistas, sigue ganando adeptos.

Sin un opening tan grandilocuente como otras del estilo "007: Casino Royale" (2006), en esta pasada en particular es intensa (más de dos horas), interesante pero algo irregular; en cabos sueltos, en ritmo, química de set y otros tips.

El chileno Alexander Witt en segunda unidad nuevamente no desentona y las secuencias de acción están bien logradas, así como el detalle de escenas de Mendes, pero el guión genera una que otra mueca y que ellas cuajen, aún más.

"Spectre" está bien hecha como película, como producto. No obstante algo molesta; es una cinta que no redondea bien, no tiene el mismo ritmo vertiginoso pese a todos los recursos empleados, es como un rompe cabezas con las piezas en un orden diferente al ideal.

Con todo, la nueva odisea del 007 es aceptable por la factura y destellos del agente británico como en sus mejores tiempos, pero con un lado algo más opaco que mella en algo el atractivo y el balance a la hora del convencimiento.

Recomendación:
Aceptable. Tiene matices diferentes a algunas de sus antecesoras y varias irregularidades.

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com